Enrique Cerezo: “Perder es una desilusión, nunca un fracaso”
El presidente del Atlético recuerda lo mal que lo pasó tras caer en Lisboa y deja claro que preferiría haber jugado ante un equipo extranjero
"Si aquel año no llegamos a perder con el Ajax creo que habríamos ganado la final", empieza diciendo el presidente del Atlético de Madrid, que lleva con una normalidad tremenda el hecho de jugar el sábado su segunda final como presidente atlético. "A mi el fútbol me ha gustado toda la vida", cuenta entra chascarrillos y recuerdos de años pasados.
¿Cómo llegó a ser presidente del Atlético? Junto a José Ramón de la Morena recuerda ese proceso, el paso desde Imperioso hasta llegar a ser presidente pasando por el descenso a Segunda, que recuerda como "un momento político muy difícil para el club". Desde entonces todo ha mejora y califica la presidencia como "una experiencia maravillosa" que nunca "habría imaginado".
De ganar la Champions tiene claro dónde irían sus primeros pensamientos, serían para Jesús Gil y para Vicente Calderón. Tras un momento melancólico vuelve a sonreír y explica que se "enfada como todo el mundo" pese al carácter socarrón que muestra siempre. Tampoco rehuye a la pregunta sobre la cohabitación con Miguel Ángel Gil Marín, "lo que haga en lo económico me parece fabuloso, siempre ha ido bien". Y accede a la comparación que le invita José Ramón, él es el rey y Gil Marín el presidente del Gobierno".
Hay temas espinosos y Cerezo tampoco se aparta, "jamás sospeché de Paco Granados" y admite que nunca le ha visitado a la cárcel por el tema burocrático de pedir permisos y papeleo. Se defiende sobre las acusaciones que le relacionen con Ignacio González, "eso hay que demostrarlo con pruebas, yo nunca voy a renunciar de mis amigos", zanja con claridad.
Materia futbolística
Enrique Cerezo: 'Prefería jugar la final contra un equipo extranjero'
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"Claro que me habría gustado otro rival en la final, me hubiese gustado un equipo extranjero", deja claro el presidente ya metido en plena conversación futbolística.
También deja cristalino que la derrota no sería un fracaso y sí "una gran decepción". Sobre la dureza de la derrota se define como "llorón" y asegura haber llorado más de una vez por el fútbol, pero sí aclara que en la final de Lisboa no lloró pese a "pasarlo muy mal".
Del futuro no deja ni una sola duda. "Simeone va a seguir seguro el año que viene", despejando de forma expeditiva cualquier rumor que indique lo contrario.