Preguntas intencionadas

Madrid

Parece que en esta nueva campaña, los expertos del Partido Popular recomiendan que Mariano Rajoy asista solo a un debate televisado y que en esta ocasión sea precisamente un debate a cuatro y no un cara a cara con el candidato socialista, como en la campaña anterior. Parece que un único debate reduce riesgos de meter la pata y que hacerlo a cuatro, después de los enfrentamientos de los últimos meses, permite que el fuego graneado se disperse.

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A los expertos no se les pasa por la cabeza, por supuesto, que los debates, en plural, sean una buena ocasión para contrastar opiniones y defender propuestas y, sobre todo, de informar a los ciudadanos sobre sus planes más inmediatos. Para nada. Los expertos en comunicación los contemplan como una pura trampa, un mero trámite que no queda más remedio que pasar y que hay que lograr que sea lo menos efectivo y lo más marrullero posible.

Pues muy bien. Si solo va a haber un debate televisado, habría que proponer que, al menos, Mariano Rajoy, como los otros candidatos, se someta a entrevistas televisadas en las que un panel de periodistas profesionales, no niños, ni familias, ni espectadores, les sometan a un verdadero examen, con preguntas intencionadas. En otros países esa fórmula suele dar un resultado algo más interesante desde el punto de vista del ciudadano. Tampoco es que garantice maravillas pero al menos suele ser un poco menos vergonzoso que las variedades espectaculares que nos anuncian. Espectaculares, de espectáculo, es decir de función para la mera diversión.