Los vicios se contagian

Madrid

Que exista corrupción ya es bastante mala noticia como para que, encima, algunos políticos como la señora Cospedal se lo tomen con un cinismo tan extraordinario. La desvergüenza en el mentir debe tener algunos límites en política y rebasarlos una y otra vez por parte del portavoz de un partido que tiene responsabilidad de gobierno y que representa a millones de ciudadanos no es algo que suceda sin que provoque un daño enorme a la sociedad que lo presencia.

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Los vicios se contagian, se transmiten y el Partido Popular corre el riesgo de convertirse en un foco de infección. Su secretaria general pidió ayer al PSOE, cita textual, “la misma transparencia contra la corrupción que ha tenido el Partido Popular”. Los ciudadanos pueden ser conservadores, liberales, socialistas, nacionalistas, podemitas o no colocarse bajo ninguna etiqueta política, pero todos se merecen un mínimo de reconocimiento.

La actitud cínica de la señora de Cospedal es una penosa falta de respeto al conjunto de la ciudadanía, harta de saber que su partido está implicado en decenas de casos de corrupción y que no ha existido la menor transparencia. Pedirle al PSOE que se comporte en el caso del procesamiento por prevaricación de los ex presidentes de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, igual que el PP en el caso de Luis Bárcenas, acusado de robar millones de euros, produce verdaderamente mareo.