La familia, según el arzobispo Cañizares

Madrid

No creo que haya ninguna duda de que en la Tierra exista otra ideología más destructora, más insidiosa, que pretender que la mujer tenga los mismos derechos que los hombres. Esto es lo que ocurre cuando se escucha la palabra de Dios en Valencia, donde todavía no se ha abolido la ruta del ‘bakalao’ de la fe. El arzobispo Cañizares de esta manera ha tratado de defender la unidad sagrada de la familia.

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Aquí se produce una situación de la cual yo estoy enamorado. Porque yo por ejemplo si escribo contra el arzobispo Cañizares lo hago contra la familia y contra la vida, que son dos causas patrimonializadas por él. Cuando hablamos de ideología hablamos de muchas cosas: hay socialdemócratas, hay conservadores, liberales, comunistas…

La Iglesia defiende a los vivos. Hay pocas causas más positivas, más simpáticas, que la vida. Pero la Iglesia es la única institución del mundo que consigue que al decir “sí a la vida”, que es la frase más estúpida de la historia, pensemos en algo malo. Y cuando se nos dice “sí a la familia”, otra frase absurda, porque quién le dice que no a una madre, pensamos en el odio a los homosexuales. Cómo de un mensaje de amor puede llegarse al odio por culpa del emisor.

Y de qué manera amamos al prójimo con un líder espiritual que dice que la igualdad de género es la ideología más destructora de la humanidad. Con esos cánticos lo único a lo que se aspira es a atrincherarse en una casa de Waco y prenderse fuego. El problema del arzobispo Cañizares no es acoplarse a la Historia, como siempre ocurre con la Iglesia, sino traducir la palabra de Dios, sea lo que sea, sin que parezca la palabra de un presidente de la comunidad de propietarios de un barrio de ultraderecha, que es lo que parece.