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Pavo o pollo, ¿tú de quién eres?

Aprendemos a distinguirlos y conocemos sus propiedades y beneficios con Ángela Quintas

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Cuando vamos al mercado es habitual encontrar en la sección de aves o en la pollería el pavo al lado del pollo. Son dos carnes muy similares a simple vista y por eso hemos querido dedicarles un espacio en nuestro programa. Para que todos aprendamos a diferenciarlas y, sobre todo, para conocer de la mano de nuestra experta en nutrición, Ángela Quintas, todos los beneficios que nos aporta consumir estas dos carnes.

BEOK: CÓMO COMPRAR PAVO Y POLLO, Y SUS BENEFICIOS

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Las dos son carnes blancas con elevado contenido en proteínas de alto valor biológico, bajo contenido en grasas y sin hidratos de carbono. En su contenido graso tiene sobre todo ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. Ambos contienen hierro, ácido fólico y vitaminas del grupo B.

Una de las diferencias es la cantidad de niacina (vitamina B3) que ayuda a reducir el porcentaje de colesterol. El pollo tiene más niacina que el pavo, aunque la diferencias es mínima. Una pechuga de pollo tiene 12,05 miligramos frente a los 10,57 miligramos que tiene el pavo. Sin embargo el pavo contiene más selenio, que es bueno para la salud cardiovascular, además de un potente antioxidante. La diferencia es también mínima en este caso. Tanto uno como el otro son ricos en proteína aunque en el pavo es un poco más elevado que en el pollo. Aun así la diferencia es nuevamente mínima.

Con respecto a las grasas el pavo es algo más bajo en grasas saturadas y tiene menos colesterol, pero no son cantidades tan importantes como para marcar una diferencia entre los dos. Por otro lado, el pollo tiene menos sodio que el pavo.

En definitiva, si nos fijamos en las propiedades nutricionales de uno y otro están prácticamente empatados. Podemos comer, por tanto, uno u otro indistintamente y los dos son un alimento muy recomendable para una dieta sana y equilibrada, aunque el pavo podría ser un poco más apropiado para determinadas dietas.

Comprarlo en el mercado

A la hora de comprarlo en la carnicería, se diferencian sobre todo por el tamaño, ya que el pavo es más blanco y el pollo algo más amarillo y el pavo es mucho más grande que el pollo. Un pavo puede pasar entre 6 y 7 kilos mientras que un pollo grande no llega a los 3 kilos.

El carnicero Mariano Carrasco, del mercado de Las Ventas (puesto Sertina), nos aclara que a la hora de conservar cualquiera de las dos aves, debemos guardarlas en la nevera y consumirlas antes de dos o tres días. Y nos asegura que congelar es perfectamente viable y no pierde calidad la carne siempre que la envasemos adecuadamente.

 
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