El test de ADN más pequeño del mundo

Hurgar en quiénes somos tiene un punto de seguridad y un punto de curiosidad. Seguridad, para saber a qué enfermedades tenemos más tendencia, en qué punto debemos cuidarnos más, ser más cautelosos. Curiosidad por saber qué vínculos, quizá remotos nos unen a otras personas. Podemos tener un primo segundo viviendo en Wisconsin y ni siquiera saberlo. Ahora hay empresas que sí ofrecen esa información, aunque despiertan dudas legales y éticas. Hoy, lo último no, lo siguiente, en test de ADN.

Tiene apenas el tamaño de una taza de café y proporciona información sobre enfermedades humanas, aunque también detecta bacterias infecciosas en los alimentos. Se llama Spartan Cube y es el test de ADN más pequeño del mundo. Basta colocar la muestra de lo que se quiera probar en un pequeño tubo que luego se mete en el test. Dependiendo del tipo de enfermedad o bacteria que queramos probar, tendremos que utilizar el kit determinado de los que vienen con el dispositivo. Conectamos el Spartan Cube a internet y tendremos la información en el ordenador o en la tableta. Información que será un positivo o un negativo: en menos de media hora sabremos si se ha detectado o no esa bacteria o esa enfermedad. Es decir, no sirve para conocer la secuencia del genoma, no se trata de eso, sino que funciona como un detector de posibles problemas de salud en la intimidad del hogar.

La información más detallada sobre el ADN, la que puede saciar alguna que otra curiosidad, la dan servicios como 23andMe. Esta empresa envía por correo un kit de análisis que consiste en un tubo en el que tendremos que depositar nuestra saliva. Una vez que lo hemos hecho, y hemos registrado nuestro kit en internet, lo enviamos de vuelta a Estados Unidos. Una vez analizada nuestra saliva nos proporcionan información sobre las enfermedades a las que somos más propensos en función de nuestra genética. Pero 23andMe hace algo más. Cruza nuestros datos con los de otros usuarios y busca coincidencias. Si las encuentra, pone en contacto a ambas partes avisando, aunque sin desvelar las identidades. Si ambos aceptan, podrán ponerse en contacto. Y así podremos conocer al primo del que nunca supimos que vive en Wisconsin. Lo siguiente será un kit que nos enseñe a encontrarnos a nosotros mismos cada vez que nos perdemos...