El Erasmus engancha

Desde que el primer estudiante europeo se fue de Erasmus han pasado casi 30 años, y desde entonces ya lo han hecho más de tres millones de universitarios en más de 4.000 instituciones. Nuestro país ayuda cada año a engrosar esa cifra ya que es el que más estudiantes exporta y el que más recibe, unos 40.000 cada año, según las estadísticas de la Comisión Europea. No son pocas las razones por las que los estudiantes de toda Europa escogen España como destino Erasmus, y colocan nuestro país en el primer puesto del ránking, por delante de Alemania y Francia. Según estudiantes que han realizado su estancia en España, los motivos por los que eligieron nuestro país fueron principalmente el idioma, la vida social de la cultura y el clima.

Para Camille, estudiante francesa en Madrid, “es el único país donde se puede aprender español, que es muy útil para trabajar y viajar por el mundo”. Según Essi, “el clima y la facilidad de adentrarse en la cultura, muy diferente a la de Finlandia” han sido unas de las mejores cosas de su estancia, que también le atrajeron a venir. Para ambas, la burocracia de la Administración ha sido lo peor del país. Y es que el concepto que se tenía de nuestro país también estaba muy marcado. Martin, peruano y estudiante Erasmus llegado de Alemania, después de un año viviendo en “uno de los mejores destinos para ser Erasmus”, como describe nuestro país, dice que “España no es solo toros, como muchos piensan fuera, sino que tiene mucho más que ofrecer”.

Cuando llega la hora de volver a hacer las maletas para regresar a casa, el 86% de los estudiantes extranjeros que realizan su Erasmus en España quiere quedarse en nuestro país al acabar la beca. La cifra es de la encuesta de la Erasmus Student Network (ESN) de España y un portal de alojamiento, según la opinión de una muestra de 2.000 estudiantes Erasmus. La situación económica en España y tener que volver a sus respectivos países para acabar sus estudios, retraen un poco a los que se lo piensan. “Si hubiera podido me gustaría quedarme, porque ahora tengo novio español” dice Camille. A Martin también le encantaría quedarse “pero ahora hay pocas oportunidades de trabajo”, y Annika, de Alemania, tampoco descarta volver unos años para trabajar. Sobre que la relación Erasmus y fiesta, Essi asegura que no es tanta en realidad. “También estudiamos y es difícil aprobar con los mismos requisitos que los españoles”.

También los españoles

En definitiva, la mayoría piensa quedarse o volver en algún momento, lo mismo que ocurre con los españoles que deciden salir a hacer una estancia en otra universidad. Al acabar el curso, la experiencia personal prevalece ante la académica. Sin embargo, siempre es un punto a favor volver sabiendo un idioma más y contar con ese plus ante otro curriculum en igualdad de condiciones. Para Julia, su sorpresa al llegar a Córcega fue ver que “todos los Erasmus saben hablar muchos idiomas y lo ven como normal, no como en España”. Una forma de perder el miedo a vivir fuera de tu país, lo que para muchos significa su primera experiencia como "independizados", como fue el caso de Laura, que con 20 años está de Erasmus en París aprendiendo a ver “la vida de verdad”.

El choque cultural que tuvo Guillermo fue mayor. “Buscaba un sitio diferente y me tocó ir a Bartin, en Turquía”. Para el asturiano, que tampoco descarta volver algún día, fue “una de las mejores cosas” que hizo en sus años de universidad. Las razones que llevan a los españoles a salir pueden ser varias, pero Manuel no duda en que una de las más importantes es conseguir “una mejor entrada en el mundo laboral”. Y lo sabe por partida doble. Fue Erasmus hace dos años en Roma, y este año no ha dudado en volverse a marchar a estudiar a otra universidad, esta vez en California. “Lidiar con todos los problemas y sacarte las castañas del fuego te hace crecer como persona”. Además, “es fundamental salir fuera para acabar los estudios con varios idiomas mínimo”.

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La beca Erasmus, el programa de intercambio con más éxito en el mundo, fue incluso reconocido con un premio a su impulsora. Sofia Corradi, la conocida como "Mamá Erasmus", recibió el Premio Carlos V en el Monasterio de Yuste en mayo de 2016. El programa también recibió en 2004 el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, como uno de los programas de intercambio cultural más importantes de la historia.