¿Para qué hablamos?

Madrid

"Vivir es muy extraño", nos revela el filósofo Javier Gomá, palabras que recuerdan a las del también pensador Zygmunt Bauman: "cuando se acaban los grandes relatos, las personas dejamos de escuchar al oráculo y empezamos a mirarnos las unas a las otras". De eso trata, pensamos, Hablar por hablar. Junto a él, celebrando que el programa cumple un cuarto de siglo, se encuentran los escritores Juanjo Millás y Espido Freire o los actores Irene Escolar y Juan Echanove.

"Nunca seremos capaces de escuchar sin prejuicios", anota Millás, que tambien apunta que "si no hablamos, nos morimos". "Todo lo importante está siempre en el otro", reflexiona Escolar. Como intérprete, sí que trata de no juzgar a los personajes a los que le toca encarnar. Como ella, y como todos los conversadores, Echanove es un gran oyente del programa, y no lo apaga hasta que acaba: "Hablar es una forma de liberar presión". "No me duelen las palabras que digo, sino las que dejo dentro", revela Freire.

Junto a ellos caminan las voces extranjeras de Mouffe o Hegel, para quien del otro nos separa, siempre, un abismo insalvable. También, Virginia Woolf o Alejandra Pizarnik. "Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo, al agua, si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra", rezan los versos de Blas de Otero.

O José Antonio Labordeta: "Hablo, por hablar, hoy que está desierto el mar. Hablo del día que sucede, de las tardes que adiós nos despedimos, de los hijos que llegan, de las tierras que acogen nuestros cuerpos y de todo aquello que va formando, al fin, nuestra figura". En su primer programa, Gemma Nierga eligió, en cambio, las palabras de Ortega y Gasset. Él decía que las personas