Del desastre de RTVE y el cuajo de Rajoy

Madrid

Ayer estuvo Mariano Rajoy en Televisión Española, sometido al durísimo careo con varios periodistas independientes. Ya. Supongo que habrán captado la broma, porque jamás podría darse tal cosa en aquel fortín del PP, que tanto nos recuerda a la objetividad en tiempos de Aznar o, ya puestos, en el franquismo, que este anciano Ojo todavía contempló los informativos de David Cubedo, de los que nos queda el único consuelo de que no se utilizaba el español zarrapastroso que hoy bulle en el Ente.

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Dijo el otro día Rajoy, con la impavidez que le caracteriza, que él querría una TVE… ¡como la BBC británica! Ya hay que tener descaro para decir semejante guayaba sin ponerse bermejo. Les cuento: Rajoy se cargó la obligatoriedad de que el presidente de la tele fuera elegido por dos tercios del Congreso, como fijó Zapatero; fue él quien nombró gran jefe a José Antonio Sánchez, que desde cobrar de Correa, el de la Gürtel, a llevar a la ruina a Telemadrid ha hecho de todo; como director de Informativos funge José Antonio Álvarez Gundín, subdirector de Opinión de La Razón, no les digo más, y nombró director en Cataluña a Eladio Jareño, ex responsable de Comunicación de Alicia Sánchez-Camacho, presidenta del PP en Cataluña. ¿Resultado? Desastre económico y de audiencia, amén del prestigio periodístico por los suelos. La BBC, dice Rajoy. Hay que tener cuajo.