Votar decencia

Madrid

El ministro Jorge Fernández Díaz dice que él es la víctima. Mariano Rajoy a primera hora de la mañana decía que se enteró ayer que ni siquiera sabía que existía una Oficina Antifraude en Cataluña y, más tarde, protestaba porque hay gente que busca problemas donde no los hay. El Partido Popular ha salido en tromba para vincular las grabaciones del ministro a las elecciones del domingo.

Pero es que resulta que había más. En una nueva entrega de la conversación difundida por el diario Público, el ministro introduce a la fiscalía. Con las pruebas que su interlocutor, el director de la Oficina Antifraude de Cataluña le aporta al ministro, le dice: “Esto la fiscalía te lo afina”, y relata el ministro el proceso que piensa seguir para que nadie sospeche de que las pruebas que puedan incriminar al entonces conseller de la Generalitat, Francesc Homs, salen de su departamento.

Si lo de ayer ya era un escándalo, las palabras de hoy del ministro deberían ser su sentencia. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y la fiscalía a su servicio para incriminar, en este caso, a políticos independentistas. La corrupción, la conspiración instalada en la médula de la democracia.

Si la actuación del ministro no tiene consecuencias si la opinión pública no exige responsabilidades, si los medios de comunicación no ejercemos nuestro papel de garantes de la libertad y de la democracia, habremos llegado a un nivel de degradación de la vida pública inadmisible. No deberíamos ser corresponsables de ello.

Se ha hablado mucho estos últimos días atrás de las ideologías, socialdemocracia, comunismo, socialismo... Pues, al margen de este debate, solo con que el domingo votáramos decencia tendríamos mucho adelantado.