La fábrica de estiércol del Ministerio del Interior

Madrid

No será porque este Ojo no haya repetido una y mil veces que la democracia en este país tenía un problema con el Gobierno del PP y su presidente, pero de manera muy señalada con la fábrica de estiércol y bufonadas que es el Ministerio del Interior, en manos de ese inefable miembro de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, el señor Fernández Díaz, quien dice estar en política por el apostolado y la santificación, y que tiene por costumbre condecorar a santos, vírgenes y, lo que es aún más ridículo, al mismísimo director de La Razón, Francisco Marhuenda, el tertuliano estrella del programa estrella del periodista estrella de la cadena más progre que nosotros no hay nadie.

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Ya denunciamos, incluso en alguna reencarnación anterior, que de ese ministerio salieron los sucios informes de la policía sin firma ni sello oficiales, dirigidos a acabar con los rivales políticos, ya sean nacionalistas catalanes o los morados de Podemos. Y siempre, siempre, servidos a domicilio en los periódicos de la caverna, en permanente disposición de regalar papel a cualquier canallada y con el acostumbrado apoyo de las televisiones públicas que controla el PP con mano de hierro. Salen ahora ríos malolientes de aquellas sentinas, y bien está que haya llegado este momento, porque nunca es tarde si la verdad es buena.

Y además, la infame Ley mordaza.