Pues claro que Rajoy lo sabía. Como todo lo demás

Madrid

Amanece este 23 de junio de 2016 con una duda y una certeza. No sabemos qué va a ocurrir en el Reino Unido con el Brexit, pero estamos seguros de que el ministro Jorge Fernández Díaz, a pesar de lo que hemos oído y leído, todavía no ha dimitido de su cargo. “Lo sabe el presidente”, cantaba el ministro bocón, y Rajoy, tan amigo de sus amigos como ya nos demostró con Bárcenas, Camps, Rita Barberá y otros amigos de la brisca, se ha apresurado a cubrir con sus alas presidenciales al compulsivo buscador de desechos y despojos varios.

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Ha sido una legislatura tremenda, tanto por los escándalos en sí -¿alguien necesita que se les recuerden los gúrteles, las púnicas o la contabilidad en negro?- como por la impunidad que les ha blindado su mayoría absoluta y sus agradecidos sicarios en los medios, públicos y privados. Ni tan siquiera se han dignado a comparecer en el Parlamento, allí donde reside la soberanía popular. Se han reído a carcajadas de todo y de todos. Se asombra Rajoy, o a eso juega, cuando se le dice que con él no quiere ir nadie ni a una primera comunión. ¿Qué otra cosa espera?

Los posibles compañeros de viaje que puedan darse este domingo, lo primero que haránserá sacudirse el polvo de la chaqueta y luego decirle aquello de ¡Quita, bicho!