Los otros okupas

Madrid

Hace unos días el director de "El periódico" de Catalunya me propuso participar en un ejercicio muy gratificante, que consistía en enviar una carta a los candidatos. Con total libertad, ¿eh? ; Se la podías dirigir a alguno en concreto, a varios, a todos, podías plantear el tema que te diera la gana.... yo me incliné por un llamamiento general, lo titulé "La conquista del paraíso" y ahí describía –y lamentaba- la colonización que los partidos nos han impuesto en casi todos los ámbitos. Y cómo los periodistas no siempre hemos sabido –o no hemos podido- responder adecuadamente. Ahí tenemos el ejemplo de ayer mismo de Televisión Española que no llegó a emitir ni un solo audio de los que le grabaron al ministro del interior cuando, según parece, conspiraba en su despacho contra los partidos soberanistas catalanes. Conste en acta que muchos trabajadores del ente público protestaron. Se movilizaron, lo denunciaron....pero lo que salió en antena fue lo que fue –o sea, un truño informativo- fruto, precisamente, de esa colonización.

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Bueno, pues hoy creo que volver a utilizar ese mismo término –colonización- porque el dinero perdido en la intervención pública de las cajas de ahorro ya sabemos a cuánto asciende: 42.000 millones de euros. ¿y saben cuál es el origen de ese gigantesco pufo que vamos a pagar entre todos? pues la colonización, la invasión inmisericorde de gente de partido –de partidos, porque ahí estuvieron todos- en unas entidades de cuya gestión –como se ha comprobado- no tenían ni repajolera idea o de las que directamente se aprovecharon en beneficio propio. Hay de todo en la lista, porque ahí figuran Bankia, Caixa Catalunya, Banco de Valencia, Novacaixa Galicia, etc, etc. bueno, pues la mejor lección de todo esto –la única- creo que sería conjurarse para un "Nunca mais", para que no se repita un descalabro así.

Porque los políticos, por ejemplo los que surjan de las elecciones del domingo, están para representarnos, desde luego... pero ¡¡¡no para colonizarnos!!! Ni para invadirnos. Si alguien quiere emular a Colón que se eche a la mar pero, por favor, no nos embarquen al resto. Y si no, a partir de ahora empezaremos a llamarles okupas.