Ocho consejos para evitar los papilomas plantares en verano

Madrid

El riesgo de contagio de un papiloma plantar es permanente durante todo el año, especialmente si se practican deportes en los que los pies están desnudos y expuestos a un lugar por donde pisan muchas otras personas. Sin embargo, en verano aumenta el riesgo de incubación del virus por la llegada del calor, el sudor, las piscinas e incluso las duchas de playa.

Ana conoce bien este tipo de hongos. Su hija ha tenido tres en toda su vida, y los tres en el mismo pie. "Le dieron mucha guerra, sobre todo el último que tuvo, que le salió en la zona del dedo pulgar". Recuerda que el dermatólogo se lo quemó con hidrógeno líquido y que le mandó llevar parches entre sesión y sesión.

Como en el caso de la hija de Ana, hay personas con mayor predisposición que otras a contagiarse de varios papilomas a lo largo de su vida. Nuestro sistema inmunológico es la clave: el papiloma se manifiesta a partir de que exista una bajada de defensas. "El papiloma es un virus que se transmite por contagio y oportunista, es decir, que se queda en nuestra piel y tiene un período de incubación de hasta nueve meses sin que nos demos cuenta", explica Cristina Palomo, podóloga.

Todo el mundo puede contagiarse de este virus, pero es más habitual que lo hagan niños a partir de los cinco años y adolescentes. Los lugares húmedos, oscuros, e incluso las heridas mal curadas y el estrés son el caldo de cultivo para el crecimiento de los papilomas.

¿Y si, a pesar de los cuidados, terminamos por cogerlo? Cuanto antes empiece a tratarse, mejor. "No se quita solo, así que lo único que cabe es el tratamiento profesional", dice Palomo. "Caústicos, ácidos, o bien congelamos o extirpamos". Si se da la circunstancia de que aparece otro papiloma una vez destruido el anterior, es porque otro más pequeño ya estaba creciendo, así que hay que curarlo inmediatamente.