La derecha, una y grande; las izquierdas, muchas y divididas

Madrid

Claro que es muy posible, por no decir seguro, que Mariano Rajoy pueda superar el trámite de la investidura, con, sin, sobre, tras el voto o la abstención de PSOE, Ciudadanos, canarios, vascos y tutti quanti que se acerquen ese día por el Congreso y se presten al ropa que hay poca, entretenido juego de nuestra niñez. ¿Y gobernar? Ah, bueno, eso ya son palabras mayores y todavía quedan días para vislumbrar el futuro, que aguarda una legislatura seguramente tan corta como sustanciosa. Por ahora, dejen al Ojo destacar la distinta actitud de izquierda y derecha ante los infortunios. ¿Verdad que nadie dentro del PP inició la misma noche del 20-D la caza y captura del desastre Rajoy? Pues exactamente así lo hicieron entonces en el PSOE con Pedro Sánchez, y hay preocupantes signos de que barones y baronesas que han perdido hasta la camisa en sus finquitas, que las tienen hechas un asco, frente a la derecha más rancia, vuelvan a eso que tanto les gusta, el juego sucio contra su propio jefe. Y ya verán qué pasa a partir de ahora en unidos no han podido, bronca tras bronca teórica de si galgos o podencos, guirigay muy favorecido por la abundancia de siglas y tendencias concentradas en tan poco espacio. Así es la derecha, una y grande, y así son las izquierdas, muchas y divididas.

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