El cambio era esto
La pelota está en el tejado popular y puede ser un interesante espectáculo político ver a Rajoy fajarse, ceder, negociar los apoyos que necesita para ser investido
La opinión de Pepa Bueno: 'El cambio era esto'
02:51
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1467094869_004582/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Las primeras escaramuzas tras las elecciones devuelven el panorama español a la casilla del bloqueo. Todos los partidos se mantienen en posiciones parecidas a las del 20 de diciembre. Pero todos saben también que muchas cosas han cambiado en este tiempo porque el primer partido ha ampliado mucho la ventaja sobre el segundo, 137 el PP, 85 el PSOE, porque la suma de centro derecha PP-C’s-CC llega a 170 escaños, a cinco de la mayoría absoluta, porque venimos de una repetición electoral, y todos asumen que esta vez debe haber gobierno. Europa y la realidad no esperan. Así que estos primeros movimientos hay que tomarlos como eso, primeros movimientos.
La pelota está en el tejado popular y puede ser un interesante espectáculo político ver a Rajoy fajarse, ceder, negociar los apoyos que necesita para ser investido y luego para gobernar. No será fácil en un partido acostumbrado al ordeno y mando dentro y fuera de Génova. Parece que el cambio de momento era esto: ver al PP aprender a gobernar con otros.
Puede serlo, un interesante y pedagógico espectáculo político si los demás no se empeñan en acaparar los focos con sus propias contradicciones. Ya pasó en diciembre. Entonces el PP se despeñó estrepitosamente desde la mayoría absoluta hasta los 123 escaños, pero los socialistas consiguieron atraer todos los focos con sus discrepancias internas y el PP aprovechó que los titulares los acaparaban otros para evitarse la autocrítica.
Ayer vimos las primeras discrepancias socialistas sobre si se deben abstener o no en la hipotética investidura de Rajoy. Abstenerse, puesto que todos descartan votar a favor, todos descartan la gran coalición. Y todos parecen asumir que su sitio estará en la oposición. Menos mal que han fijado para el 9 de julio el comité federal que fijará la posición definitiva, porque volverían a cometer el mismo error de diciembre si se empeñan en ponerse debajo de los focos sólo para anticipar a la gresca su estrategia parlamentaria y cruzándola además con las estrategias que unos y otros -sanchistas y anti-sanchistas- mueven ya de cara al congreso del partido que celebrarán a la vuelta del verano.
Ha tenido un resultado históricamente malo pero han evitado el ‘sorpasso’, siguen siendo el principal partido de la oposición y del centro-izquierda y han tenido cinco millones y medio de votos leales que han estado ahí a las duras y las maduras. Y se merecen un partido que resuelva rápida pero serenamente los muchos debates que tiene abiertos.