Viaje a ninguna parte
"Nos pasamos el día haciendo cuentas sobre la gasolina sin saber a dónde queremos ir"
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Madrid
Desde que la democracia humilló la cerviz ante la tiranía financiera, el dinero pasó de ser algo importante a ser lo único importante y la medida de todas las cosas. El pasado viernes, el eminente arquitecto holandés Rem Koolhaas le contaba a El País que el había oído la palabra economía así, enmarcada como algo muy especial, fue cuando tenía 40 años. Ahora hace 30. Y recordé que me había pasado lo mismo.
Cuando empezó Hoy por Hoy y durante bastante tiempo después, los asuntos económicos no ocupaban un lugar imperial en el relato de la actualidad. Aparecían destacados, pero subordinados a otras realidades de la vida. El debate público versaba sobre nuestro viaje colectivo. Sobre sus detalles, sus problemas y su destino. La gasolina que necesitábamos para ese viaje era importante pero instrumental.
Hoy, nos pasamos el día haciendo cuentas sobre la gasolina sin saber a dónde queremos ir. Hoy no se atisba el menor propósito nacional, ni idea, ni aspiración, ni objetivo en el que empeñarse porque solo proyectan, idean y se trazan objetivos a corto, medio y largo plazo los gestores del dinero. Ahora, como desde hace meses, Rajoy, que es el representante oficial en España de ese pensamiento anestesiante que nos ha idiotizado a todos, hace cálculos para ver si se le permite hacer lo que él llama gobernar. Intentar cuadrar el balance para continuar el viaje a ninguna parte.