Qué asco dais

Madrid

Pero qué asco dais, envalentonados por vuestra hombría miserable, valientes de alcohol de pacotilla, hombres que nos avergonzáis.

Pero qué asco dais... amparados en la noche, ocultos entre la muchedumbre, seguís pensando que hay algo entre vuestras piernas con forma de patente sexual, un objeto de dominación que echa sus raíces en una sociedad machista y cómplice, machista y cobarde, machista y ciega, muda, inmóvil e indigna.

Pamplona se estremece con cada abuso, con cada violación, con cada acto de acoso sexual a una mujer en un malentendido espíritu festivo. En lo que llevamos de fiestas de San Fermín se han presentado cuatro denuncias por agresión sexual, una quinta por un intento y otras siete por abusos. La policía ha detenido en total a doce personas.

Hoy mismo la guardia civil ha confirmado la suspensión del agente detenido junto a otros cuatro jóvenes por violar a una mujer y grabarlo en vídeo. Pero qué asco dais.

A los hombres deberían repugnarnos todos los hombres que ejercen esa forma indecente de dominación... todos los que callan, todos los que lo justifican, todos los que menosprecian a las víctimas o vitorean a los agresores. Deberían avergonzarnos quienes aún sostienen un discurso acusador, quienes se creen su propio relativismo. Los que dicen eso de... si es que mira cómo va, a quién se le ocurre pasar por allí, es el alcohol, ya se sabe, tampoco fue para tanto.

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Y los demás, todos los demás y los hombres los primeros, deberíamos ser una barrera física, un dique moral con el que contener tanta hombría repugnante. Es necesario denunciar los abusos y señalar a los abusadores, desmontar las coartadas y combatir los clichés y decir bien alto... pero qué asco nos dais.