Cuestión de soberbia

Madrid

Hablamos mucho de la soberbia de Aznar y muy poco de la soberbia de Rajoy, que también es de aúpa y que refleja la soberbia tradicional de la derecha española, a la cual, todo lo que no está en su geografía política le inspira repugnancia. La izquierda, en toda su gama cromática; el nacionalismo, en cualquiera de sus lados... No le parecen posiciones que simplemente se rechazan, sino aberraciones. Ideas que hay que conformarse con derrotar, pero que lo suyo sería erradicar.

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Por eso la derecha gusta de estar sola. Su hábitat natural son la mayoría absoluta, el decreto ley y el parlamentarismo de mentira. Y cuando como ahora, se ve en la necesidad de contar con los demás, cree estar ante una anomalía y espera que lo arreglen los demás. Como cuando el gran señor se ve en dificultades, que espera que lo resuelva el servicio.

Bueno, pues no es solo ignorancia. Es incompetencia. Rajoy no tiene talento político para deshacer el entuerto actual y creo que el servicio se lo va a hacer hoy Ciudadanos con su abstención. Una excepción que va a poner al PSOE en el límite máximo, pues los socialistas no quieren a Rajoy, no quieren a Podemos y no quieren nuevas elecciones.

Puede que Rajoy, por tanto, se sienta ahora aliviado, pero mirando algo más lejos, aunque al final ocurra lo que yo creo, que Rajoy siga siendo presidente, tendrá que vivir horas muy amargas en una legislatura bajo presión. Puede que Rajoy, como Napoleón en la isla de Elba, siga conservando el título, pero será un prisionero, estará enjaulado, embridado por una oposición que esta vez podrá hacer algo más que dar voces en el vacío. El PSOE podría empezar hoy mismo a hacer valer su no.