Suciedad acumulada
Pedro Blanco reflexiona sobre la corrupcion política en España
La firma de Pedro Blanco: ¿Cuánta suciedad están dispuestos a aceptar?
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Madrid
Diario de un verano en el que abundaron los noes y se buscaron los síes. Día 31: la suciedad
¿A partir de qué cantidad de polvo está sucia una casa? ¿A partir de qué cantidad de grasa hay que sacar los guantes y limpiar la cocina? El PP y Ciudadanos acordaron la pasada semana sacar el estropajo y ponerse a frotar y de paso llamar a todo el vecindario para que les vieran ir al supermercado, elegir cuidadosamente el estropajo, el quita grasas, los guantes y el ambientador… pero olvidaron algo importante. Olvidaron ponerse de acuerdo sobre el grado de suciedad tolerable, sobre dónde iban a frotar, sobre cuánta grasa querían eliminar.
El primer punto del acuerdo suscrito por los dos partidos impone la separación inmediata de cualquier cargo público que haya sido imputado formalmente por delitos de corrupción política. Y ¿Qué es la corrupción política? ¿cuánta suciedad están dispuestos a aceptar? Hoy Ciudadanos ha concretado hasta dónde llegan sus escrúpulos a partir del caso del exalcalde de la Vall de Uxó que fue procesado por los delitos de prevaricación o malversación de caudales públicos. Este diputado del PP en su etapa como alcalde aprobó el pago de facturas a una concesionaria por más de 700 mil euros pese a que los técnicos municipales le alertaron de los defectos de las facturas. Eso para ciudadanos es meter la pata. Y eso, para ciudadanos, no es corrupción política. El partido de Albert Rivera sostiene que en política uno solo se corrompe si roba o si ayuda a robar para su partido. Lo demás es suciedad tolerable.
Este ha sido uno de los grandes problemas de este país que durante mucho tiempo admitimos que se fuera acumulando la capa de polvo pero no le dábamos importancia porque era un alcalde que solo había contratado a un familiar, como otros muchos. Y no nos importó que se fuera cubriendo de grasa la encimera porque al fin y al cabo era un alcalde que había hecho unas obras ilegales en su casa y había incumplido las sentencias judiciales. No nos molestaba ver las manchas en las cortinas porque tampoco era tan grave que un presidente de diputación o un consejero maniobraran para favorecer a alguien si él no se llevaba nada a cambio. No quitábamos los chorretones del baño porque tampoco era tan grave que un cargo público pagara en negro a un empleado suyo.
Y dejamos que la suciedad se fuera acumulando hasta que la casa se nos llenó de mierda.
Pedro Blanco
Llegué a la SER en 1996 y desde entonces he trabajado como editor en diferentes programas. He sido director...