La cultura cae en el olvido

Madrid

Escuché entero el discurso del candidato a la presidencia del Gobierno, que aspira a repetir en esa alta magistratura. Luego escuché comentarlo a sus oponentes acérrimos, a sus socios eventuales, a sus seguidores, a muchos periodistas, naturalmente, y finalmente a intelectuales, historiadores, filósofos, y ni en el discurso ni entre los que lo comentaron hubo quienes echaran en falta que en ese programa que se supone que es un discurso de investidura haya pronunciado el candidato una sola palabra, una sola, sobre la cultura y sus necesidades, sobre la lectura y su indigencia, sobre el IVA y sus consecuencias. Me ha extrañado, por eso lo cuento.