Un mar lleno de plásticos
La producción de plástico para envases y envoltorios sigue aumentando en el mundo. Se espera que alcance los 500 millones de toneladas anuales en 2020, a pesar de que se trata de un material que, en muchos casos, tarda varios siglos en descomponerse.
Madrid
En los últimos 50 años, la producción de plásticos ha crecido y se ha acercado a los 300 millones de toneladas anuales en todo el mundo. Las estimaciones hablan de un incremento de 200 millones de toneladas más de aquí a 4 años. Muchos de esos productos no se reciclan, sino que acaban en vertederos y, a la larga, y con el tiempo, llegan al mar. Se calcula que entre el 60 y el 80% de los restos humanos que ensucian los mares y océanos son plásticos: unas 300.000 toneladas flotan en la superficie, aunque se deconoce por completo la cantidad de los que yacen enterrados en el fondo marino. No hay que olvidar que una bolsa de plástico tarda unos 50 años en degradarse, y una botella más de 500.
China y Europa son los mayores consumidores de plásticos, y dentro de Europa, España ocupa el quinto lugar en cuanto a demanda. Casi el 80% de toda esa producción no se recicla, por lo que los envases acaban en vertederos o son arrojados en medio del campo. Los cauces de los ríos y los sistemas de alcantarillado son los que acaban conduciendo parte de ese material hasta el mar. Una vez allí, el plástico empieza su lenta degradación, convirtiéndose en fragmentos de apenas medio centímetro, los llamados 'microplásticos', que son ingeridos por los peces y que, a la larga, pueden llegar de nuevo a la cadena alimenticia y al ser humano. De hecho, ya hay más de 170 especies de peces, mariscos y moluscos que consumimos que contienen en su interior microfragmentos de plásticos.
Basándose en todos estos datos, Greenpeace ha puesto en marcha una campaña con la que intenta no sólo concienciar a los ciudadanos sobre la necesidad de cambiar sus hábitos de utilización de los plásticos, sino también exigir a las autoridades que pongan en marcha las medidas necesarias para atajar este problema que no deja de crecer. Esta mañana, en Matinal SER, el responsable de campaña de Greenpeace Julio Barea, ha asegurado que es necesario hacer una investigación profunda sobre este asunto para tener cifras más concretas que permitan hacerse una idea más certera de la magnitud de este tipo de contaminación.
Pero la exigencia principal se dirige hacia los Gobiernos y las administraciones. Julio Barea piensa que se debe legislar conociendo el problema y se deben tomar medidas urgentes y efectivas. Entre ellas, el responsable de campaña de Greenpeace cree que el 40% de plástico que se utiliza en España para cosas efímeras como envoltorios, bricks o botellas, debería venderse a los consumidores previo pago de un depósito. "Cuando yo vaya a comprar una bebida, dejo unos céntimos que se me reintegrarán completamente cuando lo devuelva. Con lo cual, estos resíduos ya no aparecerán tirados por el suelo, porque tienen valor".
Greenpeace también pide que haya leyes que prioricen que sea más barato poner en el mercado envases retornables o reutilizables, en vez del 'usar y tirar' que se impone en estos momentos. Junto a ello, Julio Barea exige que se prohíban las microesferas, "pequeñas bolitas de plástico que contienen algunos cosméticos, pastas de dientes, chicles o exfoliantes que también llegan a los mares. No son necesarios, y se pueden sustituir por otros productos naturales". Desde Greenpeace se aboga, además, por prohibir las bolsas de plástico de un solo uso, que tienen una vida media de unos 12 minutos, aunque tardan más de 50 años en descomponerse.
Carlos Cala
Empieza en la radio en 1992, en la emisora de la Cadena SER en Morón de la Frontera, trabajo que simultanea...