No hagan planes para Navidad

Madrid

Sin novedad. Rajoy asiste impasible a que le diga en la cara y en la tribuna del Congreso que no se fía de él su único aliado para ser investido. Y que hubiera preferido otro presidente. Si Rivera no se fía de él, Pedro Sánchez tampoco, y ni digamos los nacionalistas periféricos. Podemos concluir que dos tercios de la Cámara no lo quieren al frente del gobierno. ¿Significa eso que Rajoy podría plantearse por responsabilidad dar un paso atrás y que otro candidato de su partido lo intente? No, el sentido de la responsabilidad, el bien de España, y el respeto a los compromisos internacionales no llegan a tanto.

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¿Puede Pedro Sánchez virar del no a la abstención después del discurso que hizo ayer, una enmienda a la totalidad no sólo a sus cuatro años de gestión sino a él, Rajoy, personalmente como político confiable? Resulta más fácil que haga el pino en el escaño. ¿Puede hipotéticamente el PSOE aprobar en un comité federal ese cambio? Sí puede, pero a costa de desautorizar a su secretario general.

¿Puede plantearse el secretario general socialista intentar gobernar con 85 diputados, menos de la mitad de la cámara? Aunque tuviera el apoyo de Podemos, precisaría necesariamente del voto de los soberanistas catalanes embarcados en un proyecto de secesión unilateral. Una combinación que hoy resulta imposible.

¿Podrían plantearse Podemos y Ciudadanos asumir que en esta situación excepcional las diferencias que les separan se queden en un segundo término para constituir con el PSOE un bloque lo más transversal posible de ámbito estatal para desatascar la situación? Ayer quedó claro que no, que Iglesias y Rivera consideran sus diferencias irreconciliables.

Esta es la fotografía que sale del debate de investidura de Rajoy, derrotado en la primera votación con 170 votos a favor y 180 en contra. La segunda votación será este viernes y no se adivinan cambios.

Y en esta huida hacia adelante en la que llevamos ya un año, la siguiente meta volante son las elecciones vascas y gallegas. El resultado puede apuntalar a Rajoy o debilitarlo si perdiera el gobierno de Galicia, puede dejar a la intemperie a Pedro Sánchez si el PSOE se despeña en ambas comunidades o reafirmarlo si no hay descalabro. Puede el PNV necesitar al PSOE o al PP para gobernar Euskadi, o a los dos. Y quizás este detalle mueva todo el tablero.

En estas cábalas están ahora secuestrados los políticos y secuestrado el país por ellos mismos. Por si acaso, no hagan ustedes muchos planes para Navidad.