Gasolineras "low cost": La CNMC "patina"

Madrid

Nadie duda del interés y esfuerzos de la CNMC, el regulador de la competencia, por conseguir que de verdad exista competencia y no se busquen argucias para impedir que los mercados funcionen sin que algunos, por ejemplo, marquen los precios. Está poniendo empeño en conseguirlo desde hace años con los combustibles. No podemos poner en duda sus esfuerzos por conseguir más competencia en los carburantes, aunque con pocos resultados, la verdad; entre otras cosas porque los sucesivos gobiernos tampoco han puesto mucho interés en ello. La realidad es que no es fácil encontrar diferencias apreciables en las gasolineras, aunque es verdad que algo más que hace unos años.

Sin embargo, es más que polémico su reciente informe en el que apoya a las gasolineras “low cost” o gasolineras “fantasma”, las que no tienen empleados y es el propio usuario el que tiene que hacer todo.

Ya hay un buen número de comunidades autónomas que las tienen prohibidas con argumentos como la falta de seguridad o la falta de atención al usuario. Pero la CNMC insiste en que el modelo de estas gasolineras, de las que existen unas 300 ya en nuestro país, con más de una veintena en provincias como Barcelona, Valencia o Madrid, es una buena opción para “presionar” al sector para ajustar los precios. Seguramente sí. Pero no parece de recibo que frente a la falta de ideas – o de interés – de quien corresponda para conseguir que un sector liberalizado tenga competencia real y no ficticia, el recurso sea “invitar” a saltarse ciertas normas para conseguirlo. No parece la mejor idea que, para beneficiarse de unas supuestas bajadas de precios, los consumidores debamos renunciar a ciertos derechos. Como denuncia Facua, decir que disponer de hojas de reclamaciones o guantes de plástico “es un coste administrativo desproporcionado”, no parece que busque precisamente,­ sobre todo en el caso de las hojas, defender a los usuarios. Tampoco parece un argumento para defender su existencia el que a la CNMC no le parezca importante que los usuarios podamos pedir in situ la comprobación de los surtidores, sobre todo después de la gran estafa destapada hace una veintena de años en nuestro país (algunas gasolineras daban menos gasolina de la que pagábamos ), aunque con muchas "sombras" todavía…

Está bien fomentar la competencia, pero nunca haciendo renunciar a los consumidores a derechos básicos. Que se faciliten estas gasolineras, vale, pero con todas las garantías para la seguridad y defensa de los usuarios.

Si pasa algo en las mismas no hay capacidad de intervenir, ya no digo si se produce un accidente. Pero es que un simple problema o una reclamación se convertirá en un problema insalvable para el afectado si no tiene ni donde reclamar al instante. Creo que estamos hablando de un sector con un servicio de cierto riesgo que necesita una mínima atención de personal mínimamente cualificado.

La salida de potenciar este tipo de gasolineras para favorecer la competencia, por mucho que estén implantadas en otros países, no deja de ser un reconocimiento del fracaso en nuestro país de medidas eficaces para acabar con un oligopolio en el que unos pocos son los que marcan por dónde deben ir, por ejemplo, los precios.

Intentar que dejemos de ser de los países con los combustibles más caros de Europa es muy loable, pero no parece que finalmente – ante el fracaso de otras medidas - debamos ser precisamente las víctimas de estos altos precios durante décadas las que, para buscar una mayor competencia, debamos renunciar a ciertos derechos irrenunciables. Los que se tienen que “rascar” el bolsillo son otros…