11-S catalán, suma y sigue
El problema es que los partidos antes de desbloquear lo de Cataluña tienen que desbloquearse a sí mismos
11-S catalán, suma y sigue
02:10
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1473662218_271725/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
El independentismo es difícil de entender, porque dice lo contrario de lo que hace. Aprovechando los actos de la Diada, Puigdemont destacaba a Cataluña como tierra de acogida, que lo es, pero a la vez propugna un estatus con un sedimento etnicista cuando compara con superioridad a Cataluña y los catalanes con el resto de españoles. El propio president sentencia que el Estado se ha desconectado de Cataluña justo cuando el Parlamento catalán ha aprobado el comienzo de la desconexión. Piden dialogo a la vez que promueven el llamado referéndum unilateral de independencia, que es cualquier cosa menos una apelación al dialogo. Y propugnan un estado propio con leyes que los haga modernos y predecibles mientras rechazan el cumplimiento de las leyes que nos han hecho un estado moderno y predecible. Un doble lenguaje imposible.
El problema es que el Estado ha sido incapaz de ofrecer respuestas. Al menos respuestas políticas que se sumen a las respuestas legales y judiciales, que de esas sí andamos sobrados. Aunque haya sido una diada con menos participación, sería otro error acumulativo del Gobierno entender que el problema está a punto de autodisolverse. Pero a la incapacidad natural del PP para acercarse a este tema y ofrecer respuestas, se une la parálisis, la España en funciones y la ausencia total de líderes capaces de fajarse con este asunto.
No caben esperar propuestas a corto plazo. El problema es que los partidos antes de desbloquear lo de Cataluña tienen que desbloquearse a sí mismos. Y a la vez lo de Cataluña forma parte del bloqueo que lo atenaza todo. Del PP está todo dicho. Y lo del PSOE es grave, porque desde el 28 de diciembre tanto su líder como los barones trazaron una línea roja en torno a los independentistas y a los que defienden el derecho a decidir, lo que convierte al PSOE en un partido estéril. Si los socialistas pretenden ser determinantes tendrán que levantar esas alambradas, lo cual no implica ni rendición ni asunción de postulados que le son ajenos. Pero los socialistas, que han sido importantes porque siempre han procurado ser la solución para los problemas de los españoles, hoy empiezan a formar parte del problema.