"Quiero un bucle magnético"

Madrid

Guillem Gómez tiene 32 años y hasta los tres no le detectaron su sordera, de algo menos de un 90% de pérdida. Como Gómez, en España se estima que el 8% de la población tiene problemas auditivos de distinto tipo y grado (más de tres millones y medio de personas), con dificultades para entender una conversación en un tono normal sin el uso de prótesis auditivas, según datos de Fiapas, la Confederación Española de Familias de Personas Sordas. La mayoría puede hablar y recurre a ayudas auditivas como, gracias a la era tecnológica, el bucle magnético, que facilita la vida de los afectados. Este sábado se celebra el Día de la Sordera para que más afectados se beneficien de estos nuevos dispositivos y para recalcar que el diagnóstico precoz es esencial.

La financiación de los audífonos o del implante, en caso de que el diagnóstico sea positivo, corre a cargo de la familia en su totalidad. El precio de un audífono se sitúa entre los 2.000 y 3.000 euros, en el caso que solo se necesite uno. “No hay ayudas para los audífonos para mayores de 16 años”, se lamenta Raquel Prieto, gerente de Fiapas, que puntualiza que las subvenciones a los menores se sitúan en los 720 euros de media, cifra alejada del total. A partir de los 16 años, no hay ayudas, y en la mayoría de los casos llevan dos. “No todas las familias se lo pueden permitir”, remata Prieto.

Uno de los objetivos de la organización es derribar los estereotipos sobre los sordos. La mayoría de ellos se comunican de manera oral, no a través del lenguaje de signos, como la sociedad cree, según Prieto. Pero el principal, por lo menos en el que se ha centrado su última campaña, #QueLoEscucheTodoElMundo, gira en torno al torno al necesario diagnóstico temprano. Prieto remata: “Si a un niño en los primeros meses no se le diagnostica, ya es tarde”.

“Cuando tienes un hijo esperas que todo vaya bien”, comenta Patricia Rodríguez, técnico de comunicación de Fiapas. Un 95% de los niños que nacen sordos, lo hacen en familias oyentes, lo que provoca que el primer contacto con la noticia haya de ser cuidadoso. Y no todos los médicos lo son. “¿Esto qué es?”, dice Prieto que es la primera pregunta que se hace la familia.

Gracias a la tecnología no solo se ha adelantado los diagnósticos en los últimos 20 años. También se han inventado artilugios sin los que los sordos ahora no podrían vivir. El bucle magnético, que Guillem Gómez reconoce ha cambiado su vida por completo, es un sistema de sonido que transforma la señal de audio que todos podemos oír (emitida a través de un micrófono o un equipo de sonido), en un campo magnético captado por los audífonos dotados de posición.

Por ejemplo, la voz de un taxista que tenga equipado este sistema en su vehículo llega directamente desde el micrófono colocado al lado del trabajador hasta el audífono. Los audífonos, casi la totalidad de los existentes en España, tienen una bobina que transforma ese campo magnético nuevamente en sonido dentro de la oreja del usuario, aislado de reverberaciones y ruido ambiente.

Gómez, incluso si usa audífono, no oye bien en determinadas situaciones como en conversaciones de bastantes personas o voces lejanas. Pero gracias a este aparato puede ir a los cines que tienen el bucle magnético y ver una película, escucha la megafonía de un aeropuerto (Renfe y AENA han instalado el sistema en sus terminales), o al hacer una gestión en una Comisaría (un total de 10 dependencias policiales de Castilla-León ya cuentan con el aparato). “Antes no tenía buena comunicación”, recalca Gómez, que ahora lleva un bucle individual que se conecta de manera inalámbrica con su teléfono móvil o a su televisor.

Hay tres tipos de bucles magnéticos: el fijo o de instalación, utilizado en cines o recintos de mayor tamaño; el de taquilla, utilizado en bancos o supermercados; o el individual, que funciona solo con una persona, el que utiliza Gómez con su teléfono, que ronda los 700 euros. En el caso de menores, Educación debe garantizar que los niños sordos tengan a su alcance en su clase un bucle magnético.

Andrés Cenamor, experto en bucles magnéticos en Ilunion, de la Fundación ONCE, instaló en el Liceo de Barcelona el sistema el año pasado. “A una persona sorda que se siente en platea le llega el sonido distorsionado a pesar de la potencia de la voz de los y las cantantes de ópera”, matiza Cenamor, que explica que al final de las butacas una persona sorda ya no escucha nada, algo que soluciona la instalación de un bucle magnético. En el Teatro de la Maestranza de Sevilla y en el Teatro Real de Madrid también se ha incorporado este sistema. No se necesita ningún receptor o cualquier otro sistema adicional, solo su audífono.