A hostia limpia

Madrid

Debe estar ocurriendo algo que se nos escapa. A lo mejor es el cambio climático, la llegada del otoño, la conjunción astral, Donald Trump, alguien que ha hecho vudú…pero no es normal lo que está ocurriendo en este país. ¿O sí que es normal? ¿No será que llevamos en nuestro ADN, metida hasta el tuétano, la doctrina del garrotazo y tentetieso? La del “al enemigo ni agua” y la del “cuerpo a tierra que vienen los nuestros”.

El líder de la general ahora mismo es el PSOE, con mucha diferencia, y además tiene a varios corredores en cabeza de la clasificación. El penoso espectáculo que están dando, y al que sólo le falta un poquito de sangre para parecer una tragedia de Shakespeare, es la enésima demostración de aquella famosa teoría: “¿para qué vamos a negociar si esto lo podemos resolver a hostias?”.

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Pero no es lo único, ¿eh? Un diputado de En Marea dijo el otro día que el pueblo gallego demuestra ser esclavo e ignorante por seguir votando a la derecha. Y ayer mismo una dirigente de Podemos aseguró que si sólo votaran los menores de 45 años, Pablo Iglesias sería presidente del Gobierno. No está mal, ¿eh? Bueno, son teorías que podrían acompañar a otras que también hemos escuchado a menudo como la del “voto cautivo de los subsidiados en Andalucía”, o “los catalanes engañados por la trampa independentista”, etc, etc…

A lo que voy, ¿no podríamos, no podrían algunos tener un poco más de respeto? Cuando la gente vota y no vota lo que uno quiere, es lógico pensar que ese uno tiene la obligación de mejorar, de proponer algo distinto. Porque si nos limitamos a la reacción visceral o facilona… pues para eso ya tenemos la barra del bar. Yo espero algo más de mis representantes.