¿Reino Unido no quiere extranjeros?
Esta estigmatización está en el ideario de la ultraderecha, que ha vuelto a tocar poder en Europa
Theresa May, primera ministra británica, tras su discurso en la clausura del congreso anual del Partido Conservador en Birmingham. / F. A. (EFE)
Madrid
La ministra del Interior británica ha anunciado en el congreso del Partido Conservador que su gobierno endurecerá las condiciones para contratar extranjeros y obligará a las empresas a publicar el número de trabajadores foráneos. Se trata de asegurar, dijo, que no hay extranjeros ocupando trabajos que “podrían” realizar los británicos, un condicional que extiende una sospecha de insoportables tintes xenófobos.
No son los conservadores británicos los primeros, desde luego. La estigmatización del extranjero está en el ideario de la ultraderecha, que ha vuelto a tocar poder en Europa, en la raíz del referéndum húngaro celebrado este fin de semana y la encontramos en el programa de Trump para ocupar la presidencia de un país construido sobre el cimiento de la inmigración. Pero preocupa su extensión y, para combatirla, la UE tendrá que hacer algo más que regalar un Interrail a los jóvenes de 18 años. No vayamos a acercarles a países que cada vez están más lejos de Europa.
