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"Vestir a las hijas de niños es una forma de supervivencia"

Azita Rafaat, diputada en el parlamento afgano, nos cuenta cómo afrontó la intolerancia de su entorno con las mujeres y cómo está su país 15 años después de la ocupación liderada por Estados Unidos

Azita Rafaat: 'Vestir a una hija de niño es una forma de supervivencia'

Azita Rafaat: 'Vestir a una hija de niño es una forma de supervivencia'

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Madrid

Mucha gente piensa que todas las personas que salen de Afganistán lo hacen por la violencia que vemos en las primeras líneas de fuego... o para escapar de la violencia de Al Qaeda o del Daesh... pero no sé si en así en su caso porque su vida está marcada por su matrimonio y el desprecio de su marido hacia usted y sus cuatro hijas...

Sí, eso es cierto. Yo he visto violencia alrededor de mi casa durante años a lo largo de toda mi vida. Violencia dentro del hogar y fuera. Pero decidí seguir… quería servir a mi gente.

Si usted me pregunta por qué dejé mi país… Sí, yo me fuí porque comenzaron a producirse amenazas directas contra mí y contra mi hija.

En ese momento entendí que no tenía que pensar como una política sino como madre… y supe que tenía que llevar a mis hijas a un país que les permitiera vivir su sueño de una forma segura.

Usted vistió a una de sus hijas de niño y parece que es más habitual de lo que pensamos allí... ¿por qué?

Sí… En realidad, la práctica de vestir a niñas de niños es algo que se lleva haciendo en Afganistán durante siglos. Todo el mundo lo sabe pero nadie lo comenta.

Hay que saber por qué comenzó esta práctica en Afganistán. El origen está en décadas de conflicto. Una guerra que todavía continúa hoy en día… Y esta práctica es una forma de supervivencia. Las madres visten a sus hijas de niños para que sobrevivan. Quieren protegerlas de robos, de secuestros…

Y hay una segunda razón que, en realidad, es una falsa creencia sobre la sociedad afgana: la idea de que el hombre es el que transmite los valores dentro de las familias y las mujeres no. Así que cuando en una familia hay un gran número de mujeres y la madre da a luz a niñas una y otra vez… Llegan a pedirle a dios: “vale, ¡ya está bien!” “Danos un niño”

Otra de las razones por las que se viste de niño a una niña es porque las familias pierden un sostén económico. Así resulta más fácil enviar a sus hijas fuera para que trabajen y lleven dinero a casa. Mi caso no tiene que ver con ninguna de estas razones.

Y a pesar de ser usted parlamentaria, y demostrar lo que es capaz de hacer una mujer en Afganistán, no consiguió convencer a su marido...

Mi marido creció en esta sociedad que piensa que la mujer no tiene ningún valor dentro de la familia. Mi marido también quería un hijo… mi marido creía que las niñas tenian que ser para otros que lo mejor era un varón para perpetuar el nombre de la familia y cuidara de ella y todas esas cosas…

Yo traté de convencer a mi marido de que no hay diferencias entre un niño y una niña, que no importaba el género… y que lo más importante es que los hijos crezcan como un buenos seres humanos. Pero yo siempre perdía en esas discusiones y quería que me quedara embarazada para tener un hijo.

Ante esta situación decidí ser práctica. Quise demostrar a mi marido que una mujer tiene el mismo valor que un hombre. Una mujer es perfectamente capaz de hacerlo pero yo siempre me pregunto… ¿es capaz un hombre de jugar ambos roles y ponerse en el lugar de la mujer? Por supuesto que no.

Esa fue la razón por la que vestí a mi hija de niño. Lo hablé con ella… nunca la forcé. Pero en todo este tiempo que se vistió de niño y aparentó ser un niño ante su padre, siempre le recordaba que era una niña fuerte, que esa situación era temporal y que sería una mujer fuerte en el futuro. ¡Era una forma de callar a su padre por un rato!

Y en ese ambiente... ¿cómo consiguió llegar al parlamento?

Yo llegué a un acuerdo con mi marido. Acordamos que yo asumía la responsabilidad de nuestra casa y pagaba los gastos y él cumpliría el rol de marido en casa, disfrutando de la vida… era una forma de negociar la libertad y servir a mi gente.

Yo lo hice porque tenía un deseo y pensé que quizás comprando el silencio de mi marido y asumiendo la responsabilidad de la familia podría cumplir el sueño de otras mujeres. Ha sido una gran responsabilidad para mí representar los sueños de miles de mujeres que viven y mueren en silencio sin que absolutamente nadie sepa qué pasa en sus vidas.

¿Son las mujeres parlamentarias de Afganistán libres para defender ideas como esta?

Depende de la propia mujer. En todas las partes del mundo hay políticos callados y otros más proactivos. Hay políticos que quieren ser subalternos y políticos que quieren ser líderes.

Desgraciadamente, en Afganistán tenemos pocas mujeres en Política. Mujeres que tengan el sueño de ser líderes. Hay sospechas de que la corrupción del estado modificó los resultados de las elecciones parlamentarias y ahora son más los subalternos y los líderes. Políticos que aceptan lo que les dicen y guardan silencio.

Un líder es alguien que alza la voz y piensa por sí mismo… pero su vida no es fácil. Se enfrentan a diario a violencia contra ellos.

¿Es cierto que hay mujeres parlamentarias sirviendo a señores de la guerra?

Por supuesto que es así. Como decía, los resultados se alteraron así que ahora hay mujeres que sirven en falso a señores de la guerra. El gobierno facilitó todo esto porque necesita un parlamento obediente. Un parlamento que diga siempre sí y acepte sus propuestas e imponer cualquier ley que ellos quieran.

Usted está en España para participar en una conferencia de la Casa Encendida dentro de su ciclo "Mujeres contra la impunidad" que pone en relieve las amenazas para la plena integración de la mujer en sociedades como la afgana... Ese fue uno de los objetivos de la ocupación liderada por Estados Unidos y han pasado casi 15 años... ¿qué ha cambiado para la mujer desde entonces?

Yo creo que en estos 14 años de proceso en el que ha intervenido la comunidad internacional realmente sí hemos visto cambios. Sin embargo y desgraciadamente… aquí estamos 14 años después hablando de falta de respeto por los derechos básicos de las mujeres. Seguimos hablando de esta situación de violencia e inestabilidad en Afganistán. También de Pobreza… Hablamos de la llega al país de estos grupos como el Estado Islámico y de los talibanes. Yo creo que ahí tiene la respuesta…

Falta compromiso internacional y también del gobierno… Afganistán sigue sumido en un conflicto profundo a pesar de que la gente pensó que la llegada del gobierno de transición iba a suponer el fin de la guerra. Pero seguimos en guerra. Yo creo que si 14 años después estoy aquí, pidiendo ayuda… es que tenemos un gran problema.

¿Quizás el logro sea que la mujer puede participar ahora en el debate político en Afganistán?

Sí… por supuesto que hemos conseguido muchos logros. Sobre todo en las áreas urbanas… Las mujeres están estudiando, trabajando… los avances en la libertad en los medios es otro de los mayores logros que hemos conseguido.

Lo que ocurre es que nadie en el gobierno se hace eco de este debate. En su país, si se genera un debate en los medios, el gobierno suele escucharlos. Pero no en Afganistán, nadie del gobierno se hace eco de este debate. No les importa lo que digamos.

¿Cómo es ahora su vida en Suecia?

No tengo la vida social que tenía en Afganistán. Ahora soy una ciudadana más dentro de Suecia y trabajo de profesora. Soy profesora nativa en un instituto y también doy ciencias. Y ahí estamos, empezando y mirando hacia adelante. Quizás comenzando mi carrera en la sociedad sueca, aprendiendo su idioma y quizás dentro de cinco años pueda volver a ser representante política de esa sociedad en el parlamento de mi país de acogida.

¿Y cómo está su hija menor?

Está disfrutando de cada momento de libertad que le ofrece la sociedad sueca y ahora piensa que las niñas pueden soñar. Y sabe que puede ser capaz de alcanzar el sueño que tiene en la cabeza… y que nadie le va a decir que es imposible.

¿Cómo está viviendo la crisis de los refugiados y cómo la gestiona la Unión Europea?

Hay una gran preocupación ahora sobre las deportaciones de afganos que se están llevando a cabo en la Unión Europea. Hay ochenta mil personas que se han podido deportar a Afganistán de vuelta… Yo pediría a la Unión que revisara sus políticas y piense que la gente que se juega la vida cruzando el mar, que abandona su casa, que deja atrás toda una vida… no lo hace por interés. Quieren buscar una vida pacífica en algún lugar del mundo.

Cuando llegan a Europa van a parar a diferentes campamentos, a las fronteras… realmente pido a la Unión Europea que revise sus políticas y piense que esa gente está escapando de un lugar peligroso e inestable. Escapan de la falta de empleo y de la pobreza y lo que estamos haciendo es deportarlos a un lugar en el que nadie va a cuidar de ellos.

 
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