Excepciones en la urbe
Ayer me perdí en el metro de París y una pareja de señores me guió hasta que conseguí salir de ese laberinto. No es habitual que eso ocurra en las urbes y ahora no puedo olvidar sus caras
El revés y el derecho de Juan Cruz (14/10/16)
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Madrid
Estuve ayer en París, perdido en el tumulto de una ciudad que es el doble de grande que Madrid, multiplica los habitantes de la capital de España y vive un grado de histerismo urbano muy superior al que sufrimos los que nos quejamos de que en Madrid no se puede vivir. En esa maraña terrible me perdí en el metro, en la lucha por llegar a tiempo al avión en el aeropuerto Charles de Gaulle. Una pareja de veteranos señores percibió mi desconcierto y me guió hasta que conseguí salir del laberinto infernal de la ciudad grande. Como no es habitual que eso suceda en las urbes, les di la mano agradeciéndoles la ayuda y ahora no puedo olvidar sus rostros.