El Homero de Orcasitas

Madrid

“No tiene pérdida. Metro Alvarado. Encontrará la calle fácilmente. La espero.” Con estas palabras el escritor Antonio Ferres me emplaza en su domicilio madrileño una mañana lluviosa de octubre. Ferres acude puntual a la cita. Viste chaqueta oscura, sombrero marrón y se ayuda de un bastón para andar. Me saluda enérgicamente con su mirada, triste y luminosa a la vez.

- Así que aquí está su pequeño refugio, le digo.

- Sí. Vivo en un piso relativamente grande en compañía de mi gato. Se llama Niqui. Le acogí hace tiempo, era callejero. Le tengo mucho cariño pero es un gato gilipollas, cree en la humanidad.

De camino a los estudios de la Cadena SER Antonio me explica que vive en un edificio con mucha historia. Allí vivió Matilde Landa, una dirigente comunista que prefirió la muerte al bautizo. La dictadura franquista ofreció a Landa mejoras en la alimentación de los hijos de las presas del penal de Mallorca a cambio de su conversión al catolicismo pero ella quiso ser fiel a sus principios y se negó. El 26 de septiembre de 1942, día en que estaba prevista la ceremonia de su bautismo, se suicidó precipitándose por la terraza hacia el patio interior de la prisión donde estaba. Antes de su muerte, Matilde escribió una carta de despedida a su hija en la que le pedía perdón: “No puedo, no puedo aceptarlo. Sería como prostituirme.”

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Antonio es un torrente de anécdotas y recuerdos. Nació en Madrid en 1924 y en 1964 emigró a Francia, después a México, Estados Unidos y Senegal, ejerciendo como profesor de literatura hasta su regreso a España en 1976. Forma parte de aquella generación que dio origen al llamado realismo social que denunció con ahínco la España de la posguerra. “Viví mucho tiempo fuera, he ido y venido muchas veces. En 1976 regresé pero, realmente, nunca volví.”

Nos adentramos en el tráfico asfixiante del centro de Madrid. Aún nos quedan unos minutos de conversación. Aprovecho para preguntarle si actualmente sigue escribiendo.

-Sigo haciéndolo, todos los días. Ahora ando con la poesía. Soy un poeta tardío, comencé con los versos con más de 70 años. En la novela y en la poesía tiene que haber ética. La literatura es compasión, en esta España de película de Berlanga la necesitamos más que nunca.

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Ferres es un “hombre perdido en un país perdido” que rebosa sabiduría y buen humor. Un escritor singular testigo fiel de la sórdida España franquista. Obras como La piqueta le consagran como un clásico del siglo xx. La editorial Gadir lleva años publicando su obra, poniendo luz sobre este escritor humilde y combativo al que, a sus 92 años, quedan muchas ganas de vivir. Las más recientes ediciones son Buscando a Antonio Ferres, la primera biografía del autor escrita por Francisco García Olmedo, y una reedición de La piqueta, una novela que, cincuenta años después de su publicación, no ha perdido vigencia.

Después de media hora de conversación llegamos a destino. Le acompaño al estudio donde le esperan los periodistas Javier del Pino y José Martí Gómez. Antes de entrar le comento que me encantará seguir en contacto con él. Me responde con su sonrisa característica: "Claro que sí. Charlaremos sobre los derroteros que piso todavía."