Una legislatura inédita

Madrid

El PSOE ha consumado su cambio de posición. El tiempo dirá qué beneficia más a sus intereses. Las dos decisiones eran muy adversas. La abstención que aparentemente se toma contra la opinión de sus votantes y contra la naturaleza del propio PSOE. O el haber repetido elecciones, que dejaba al PSOE ante un reto casi imposible pero mantenía intactas sus posiciones políticas. En la primera Rajoy continúa de presidente; en la segunda, no. Veremos ahora cómo vota el grupo. De momento el PSOE sale muy dividido y con una quiebra importante entre sus dirigentes y entre los dirigentes y las propias bases.

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Ahora igual podemos centrarnos ya en qué piensa hacer el PP para resolver los problemas que tiene el país. De entrada será interesante ver si Rajoy es capaz de hacer una metamorfosis que le permita transaccionar y pactar. De hecho, no tiene otra alternativa si quiere que la legislatura sea viable. Rajoy deberá pensar bien qué gabinete elige y quiénes ocupan posiciones tan claves como la del portavoz parlamentario. Salvo que siga pensando que la oposición se va a poner al servicio del PP casi por mandato divino. O que actúe con el síndrome del miembro amputado y siga creyendo que tiene una mayoría absoluta donde ya no la tiene. Afrontamos una legislatura inédita, con la llave de cierre en manos del Legislativo.

Primero tienen que aprobar unos presupuestos que difícilmente va apoyar el PSOE. Y en segundo lugar, recortes por 5.000 millones para bajar en medio punto el déficit. Justo lo contrario de lo que hará Renzi en Italia, quien ha decidido, constatado el fracaso de la austeridad, desviarse precisamente medio punto del PIB. Además, la crisis territorial, el futuro de las pensiones, el paro o las reformas institucionales, entre otras cuestiones. Faena no falta. Veremos si hay habilidad y disposición política en el Gobierno y la oposición para que la legislatura, que tanto ha costado desbloquear, dure más que el tiempo que llevamos sin gobierno.