¿Agua gratis para reducir la obesidad?

Madrid

Hace ya unos días saltaba la polémica por una iniciativa de la Junta de Andalucía de un ante proyecto de ley, con el que se pretende obligar a bares, cafeterías y restaurantes a dar agua gratis; con la intención de rebajar los índices de obesidad, de sobrepeso, para que se beban menos bebidas azucaradas

Aquilino Alonso, consejero de salud de la Junta de Andalucía, defiende que se trata de una ley para la promoción de una vida activa y una alimentación equilibrada, y aunque trata varios focos muy susceptibles, el del agua no es el más importante. "El objetivo más importante de esta ley es concienciar a todo el mundo de un problema de salud pública, sobre lo importante que es controlar la obesidad y el sobrepeso".

Alonso reconoce que esta medida con la que la hostelería está teniendo mucha trascendencia, "del mismo modo pedimos que en aquellos sitios donde se haga una actividad física también existan fuentes públicas donde acceder al agua. Porque eso te permite evitar que se tomen, en cantidades excesivas, otro tipo de bebidas".

Desde la Junta de Andalucía quieren destacar su petición de que se eliminen las chucherías en los colegios, la bollería industrial, las bebidas azucaradas… "Estamos hablando de un problema importante que hay que cogerlo desde la base".

El domingo pasado también quisimos hablar con la otra parte, con los hosteleros, que se han visto afectados por esta nueva ley. Hablamos con José Luis Camarero, gerente de la Asociación Empresarial de Hosteleros de Sevilla y su provincia, se muestra reacio con esta nueva propuesta. "No le ven mucho sentido, que a una práctica que es habitual en la hostelería que se tenga que contemplar o regular como una obligación en el anteproyecto de ley que está preparando la Junta de Andalucía".

Camarero asegura que han tenido un par de reuniones informativas "genéricas" como Confederación de Hosteleros, pero cuando la han leído al detalle se han sorprendido con este artículo que les afecta directamente. Del mismo modo que reconoce que cualquier medida "llevada al extremo podría dar lugar a situaciones muy particulares".

"Para un hostelero tiene el mismo coste servir un vaso de agua que una cerveza o un whisky". Por ello, ahora que se abre un proceso de alegaciones, los hosteleros seguirán luchando para que una práctica habitual no se convierta en una obligación con la que podrían enfrentarse a diferentes problemas económicos.