PP espía PP

Madrid

El gobierno de Cristina Cifuentes en la Comunidad de Madrid reconoce que hubo espionaje político pagado con dinero público durante la etapa de Esperanza Aguirre como presidenta.

La Cadena SER ha tenido acceso al escrito de calificación que la Comunidad madrileña ha enviado al juzgado que investiga el caso y da por cierto el espionaje y da por cierto además que se realizó además con dinero público y con medios de la Administración. El escrito de acusación dice literalmente: “Tal y como ha quedado acreditado, durante los meses de marzo a mayo de 2008 se llevó a cabo una actividad por parte de personas vinculadas a la Administración regional de la Comunidad de Madrid que se separó objetivamente de las legítimas atribuciones y competencias que les correspondían” ¿A qué actividades se refiere el escrito? Más adelante las detalla: "Tareas de seguimiento y control de personas que ostentaban cargos públicos en diferentes administraciones”.

La acusación que ejerce la Comunidad pide multas e inhabilitación de diferentes cuantías y de diferente duración para el entonces director general de Seguridad, para su número dos, para tres guardias civiles y para un empleado público.

Las víctimas del supuesto espionaje habrían sido Manuel Cobo, entonces vicealcalde del Ayuntamiento, y Alfredo Prada, ex consejero madrileño de Justicia y diputado regional del PP, y se habría producido durante la pelea feroz que había dentro del Partido Popular en la primavera del 2008 para arrebatar a Rajoy el liderazgo nacional. Rajoy acababa de perder las elecciones generales frente a Zapatero.

Han pasado siete años y la causa se ha archivado tres veces y se ha reabierto otras tres por orden de la Audiencia Provincial. En este caso no se investigan las órdenes que recibieron los acusados ni de quien las recibieron, sino el uso de dinero y medios públicos para espiar a representantes políticos. Este mismo sábado Esperanza Aguirre daba por muerto el asunto en La Sexta. Pero la misma Comunidad que ella presidió le da ahora carta de naturaleza. Aguirre dejó la Comunidad pero no la política. Lo saben bien en el Ayuntamiento de Madrid donde ejerce una aparatosa y exigente oposición como portavoz del PP.