¿Fin de verdad a las bolsas de plástico?

Madrid

La Comisión de Cambio Climático del Congreso aprobó hace unos días, de forma unánime, el fin de las bolsas de plástico de un solo uso para finales de 2017. No parece un resultado fruto del convencimiento de todos los grupos políticos, sino más bien de la presión de las normas europeas y, además, de la compleja situación política que obliga a ceder donde hasta ahora no se cedía…

En cualquier caso, está bien que se haya dado un paso que no se acababa de dar en nuestro país, frente a la iniciativa que ya se ha tomado en muchos países. Es obvio que hablamos de un problema medioambiental de primera magnitud, entre otras cosas, por el propio mal uso de los consumidores y por el problema de su larga degradación: su final muchas veces son los vertederos, el mar o cualquier río, y no el cubo de reciclado correspondiente…

Eso sí, ahora falta "afinar" en muchas cosas, como en las fechas de aplicaión definitiva, en saber qué se hará con las bolsas biodegradables, a las que también poner "peros" algunas asociaciones ecologistas. Falta saber también la reacción última de la propia industria y sus posibilidades de influir en la decisión final con todos los matices.

Pero la "movida" contra los plásticos no termina en las bolsas; la misma decisión del Parlamento, que ahora pasa a manos del Gobierno para que legisle de forma definitiva, también afecta a otros objetos también habituales en nuestra vida cotidiana, y cada vez más: hablo de platos, tazas, vasos, cubiertos de plástico, o los propios bastoncillos de algodón. El objetivo es que se fabriquen en un 50% con sustancias biodegradables. Es otro paso, sin duda, pero claramente inuficiente: puestos a dar el paso, y después de muchos años de retraso, ¿no es el momento de dejar de lado las medias tintas?

Parece obvio que la opción es retirar – o debería serlo - del mercado todos estos productos contaminantes, buscar la readaptación de las industrias directamente afectadas, y buscar opciones con materiales más ecológicos, como el papel, o la vuelta al carrito tradicional.

Pero para conseguir que el paso sea de verdad, definitivo, lo primero que falta es una decisión política que durante décadas a sucumbido a algunos intereses...