La mirada atrás de los Rolling Stones
La banda inglesa regresa a las tiendas con ‘Blue and Lonesome’, un álbum de versiones blues que conecta con el sonido que les hizo famosos hace más de medio siglo
Madrid
Ha pasado más de medio siglo desde que los Rolling Stones comenzasen su carrera como banda de blues en tugurios de Londres. En aquellos años el blues era su pasión, una música de artistas negros que encontraba mejor acogida en Inglaterra que en su tierra natal.
Mick Jagger y Keith Richards se hicieron un nombre haciendo suya aquella música que veneraban. En sus primeros discos, hasta que Andrew Oldham sentó a la pareja en una cocina con la misión de escribir sus propias canciones, todo eran versiones. Hasta que el dúo se soltó en aquellas tareas, su música era un recorrido por la obra de artistas como Willie Dixon, Chuck Berry, Muddy Waters o Arthur Alexander, a los que siempre rindieron honores.
Ahora, y tras más de una década sin grabar material nuevo, la banda inglesa ha entrado en el estudio de Mark Knopfler con la idea de hacer nuevas canciones, pero salieron de allí tres días después con un disco de versiones de blues, un álbum que rinde tributo a sus héroes, algunos poco conocidos para el gran público. Una selección de temas de músicos negros, la mayoría de ellos muertos hace años, en los que destacan composiciones de Memphis Slim, Jimmy Reed, Little Walter, Howlin Wolf o Eddie Taylor. Músicos a los que acudían en busca de consuelo durante sus adolescencias en la Inglaterra posterior a la Segunda Guerra Mundial, y a los que han vuelto ahora en plena crisis creativa. La banda entró al estudio para trabajar nuevas canciones, las primeras desde ‘A bigger bang’ (2005), pero la musa no apareció y ante la espera se soltaron con viejas composiciones. “Hemos conocido estas canciones durante 50 años”, dijo Mick Jagger en su encuentro con la prensa en Los Ángeles. “Es el disco que siempre quisimos hacer”, añadió Charlie Watts.
El resultado es ‘Blues and Lonesome’, un disco enérgico y seductor que recupera el sonido de sus orígenes, su pasión por aquella música que rescataron para los Estados Unidos y a los que siempre trataron con respeto, al igual que Eric Clapton, que se suma con su guitarra, a este homenaje entrañable y eléctrico. Un disco que encaja con naturalidad en su cancionero ya Keith Richards escribía en ‘Vida’, sus intensas memorias, que su Jagger favorito era el que revolucionaba pequeñas salas tocando la armónica y bailando. Y a eso han vuelto. Las nuevas versiones muestran esa energía bluesera, ya no es la energía de unos veinteañeros con ganas de comerse el mundo, pero son canciones que siguen sonando mágicas pasadas por el filtro de la banda inglesa. Las nuevas canciones son las interpretaciones de la octava banda que más dinero ha ingresado en 2016, una banda que sigue haciendo historia, este año será recordado por su visita a La Habana y su actuación en el Festival Desert Trip. A pesar de ello, parte de los seguidores de los Stones siguen reclamando nuevas composiciones. Canciones que registren este momento de la banda antes de que la muerte, esa muerte que este año ha estado tan activa, se lleve a algún miembro del grupo británico.