¿Quién dijo diálogo?

Madrid

La voluntad de negociación parlamentaria proclamada por el Partido Popular en meses anteriores quedó ayer en entredicho cuando Mariano Rajoy aseguró en la Congreso de los Diputados que el gobierno solo acatará las propuestas parlamentarias de la oposición que esté obligado a acatar. Punto. Rajoy respondía así a una pregunta de Pablo Iglesias sobre cómo piensa el presidente ejecutar las decisiones del poder legislativo.

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Es verdad que las mociones aprobadas hasta ahora por la oposición tienen únicamente el valor de una declaración de intenciones, nada más, y que la oposición todavía no ha presentado ni una sola proposición de ley que pueda llegar a debatirse en la correspondiente comisión, pero aun así la respuesta de Rajoy sonó muy tajante. Es evidente que el gobierno tiene que acatar lo que esté obligado a acatar, faltaría más. Lo que interesa saber es si el gobierno de Rajoy está dispuesto en esta segunda legislatura a aceptar que la Mesa del Congreso de paso a algunas iniciativas de la oposición, es decir si está dispuesto a afrontar la negociación de alguna proposición de ley o si luchará con todas sus fuerzas para cerrar en paso, de entrada, a todas ellas.

Porque si es así, lo que Rajoy plantea es seguir como en la legislatura anterior, negociando en todo caso sus propias propuestas o proyectos de ley, pero negándose en redondo a considerar siquiera el debate de las de los demás. Rajoy vino a decir ayer a los demás grupos: si quieren algo, tendrán que obligarme. Y eso se compadece muy poco con aquellas primeras ofertas de dialogo.