Dimitri Zorzos: "La sociedad niega la sexualidad de los discapacitados"
Nos acercamos a la labor del acompañante sexual de personas con discapacidad que reivindica el derecho de hombres y mujeres a tener una vida sexual activa
Madrid
Muchos discapacitados se enfrentan a un problema poco visible. Sus limitaciones hacen que vivan sin poder desarrollar su vida sexual. En Hoy por hoy nos hemos acercado con Dimitri Zorzos a su labor de asistente sexual para personas con diversidad funcional, una figura poco conocida en nuestra sociedad.
Dimitri Zorzos: 'La sociedad niega la sexualidad de los discapacitados'
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Es el primer asistente sexual de nuestro país y su labor, dice, choca con nuestra cultura porque a hasta nuestros días, se considera como normal que los hombres paguen por un servicio sexual, mientras que en las mujeres esto no está implantado. Algo mucho más desconocido es la necesidad sexual que tienen las personas con discapacidad que la sociedad "niega y oculta".
Zorzos comenzó formándose en la disciplina de masaje tántrico. Su curiosidad acerca del acompañamiento íntimo surgió cuando leyó un artículo en el que una joven se dedicaba a ello para pagar sus estudios. Impactado por el tema no dudó en formar parte del grupo de debate que nació en Barcelona encabezado por una sexóloga. Desde entonces ha contribuido con varias asociaciones y propuestas.
Él reivindica el derecho de hombres y mujeres con discapacidad a vivir una sexualidad activa porque "tienen estímulos y conciencia sexual" como cualquier otra persona. "La sociedad niega que los discapacitados puedan tener una sexualidad activa", comentaba. "Después de un acompañamiento, mejora su situación clínica y su autoestima", explicaba.
Zorzos sufrió hace diez años una embolia, lo que dejó a algunas partes de su cuerpo temporalmente paralizadas, y propició a que experimentara la frustración en la que se ven algunos discapacitados. Su labor va desde ofrecer su compañía para actividades cotidianas como pasear, hasta intervenir en el terreno sexual de la persona. Sin embargo, es una actividad que controlan previamente, con varias entrevistas supervisadas por una sexóloga para comprender la necesidad de cada persona. Se establecen unas limitaciones para que puedan actuar con libertad sin llegar a malentendidos afectivos. "A veces hay deslices, el corazón va más rápido que el pensamiento", explicaba.
Es el afecto, el calor humano que no acostumbran a tener lo que "les quita el sentimiento de exclusión", comentaba Zorzos. Sobre la diversidad física de sus acompañantes, expresaba: "Te preocupas por el cuerpo durante un segundo, después estás con la persona. Estos años me han ayudado a quitarme estas barreras estéticas que tenemos".
Los familiares de los discapacitados son los que en muchas ocasiones recurren a los acompañantes para aliviar sus necesidades sexuales. Zorzos contaba que incluso se ofrecen para intervenir ellos mismos porque son los primeros que entienden lo que les ocurre. "Es una frustración añadida para estas personas", concluía.
La razón por la cual su método de trabajo no es voluntario, sino que está remunerada, dice, es porque "tiene que ser un servicio de calidad, serio y porque hay una formación detrás", explicaba.
Dimitri Zorzos trabaja en la Asociación de Sexualidad Funcional de Valencia donde asesoran a las familias, a los afectados y ofrecen talleres sobre la actividad que desempeñan.