Sergio Ramos se equivoca
Desde anoche Ramos ha sido nombrado enemigo público número uno por el sevillismo
Madrid
Vaya partidazo de fútbol ayer en el Sánchez Pizjuán. Sevilla 3 - Real Madrid 3. Clasificado el equipo de Zidane para el sorteo de cuartos de este viernes.
Comentario de Manu Carreño: 'Sergio Ramos se equivoca'
01:40
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004417459/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Pero más que el partidazo, otro gesto es que ha acaparado todas las portadas de los medios y de lo ocurrido ayer en el Pizjuán. El gesto de Sergio Ramos a los aficionados ultras del Sevilla. Penalti a lo Panenka, gesto de provocación, de encararse a los radicales que le venían insultando durante todo el partido y al final perdón al resto del estadio.
La pregunta que nos hacemos es: ¿hasta cuándo van a seguir yendo los ultras a un estadio de fútbol a insultar? ¿hasta cuándo tienen que aguantar los jugadores de fútbol que falten al respeto a su madre, a su padre, que le digan "muérete" o que le llamen "hijo de tal"¿ ¿hasta cuándo hay que aguantarlo?
Y especialmente en el Pizjuán, donde el Sevilla ha reconocido haber pagado en multas por insultos a rivales 300.000 euros con cerca de 14 denuncias por parte de la Liga de Fútbol Profesional. No sólo pasa en el Sánchez Pizjuán, por supuesto. Pasa en muchos estadios, pero especialmente en éste.
Ahora, dicho lo dicho, Ramos se equivoca. Porque, aunque desgraciadamente esos insultos tienen lugar en muchos campos, los jugadores nunca deben encararse a los aficionados y menos a los cuatro tontos que van a insultar a un campo de fútbol. Ramos no gana nada con esto. Le sobra ese gesto de encararse a los aficionados radicales del Sevilla. Y por cierto, el domingo, otro Sevilla-Real Madrid. Ayer Sergio Ramos decía que no se puede aguantar que te falten el respeto. Ni a ti, ni a tu madre, ni a tu familia. Pero me da que desde anoche Ramos ha sido nombrado enemigo público número uno por el sevillismo.