"La idea es que los espectadores vivan las mismas contradicciones que el personaje protagonista"
El director analiza el éxito de su película 'Tarde para la ira', ganadora de cinco Premios Feroz y nominada en 11 categorías de los Premios Goya
Madrid
"Me muero de ganas. Es mi gran sueño y espero cumplirlo algún día", decía Raúl Arévalo hace unos años cuando le preguntaban si quería ponerse tras la cámara. Ese sueño se cumplió bajo el título de Tarde para la ira, una película a la que Arévalo ha dedicado ocho años de su vida. Y ha logrado mucho éxito. Ha sido galardonada con el Premio Forqué al Mejor Largometraje de Ficción, en los Premios Feroz, concedidos este lunes, recogió las estatuillas para la Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión. Además, el filme logró los de Mejor Actriz de Reparto y Mejor Actor de Reparto por las interpretaciones de Ruth Díaz y Manolo Solo. La cinta, asimismo, ha sido reconocida como la mejor película de 2016, según Días de cine de Televisión Española y la revista Fotogramas. Y veremos qué ocurre dentro de once días. El 4 de febrero se celebra la gala de los Goya, los galadornes del cine español para los que cuenta con once nominaciones, incluídas la de Mejor Película, Mejor Dirección Novel y Mejor Guión Original.
Entrevista a Raúl Arévalo: 'La idea de la película es que los espectadores vivan las mismas contradicciones que el personaje protagonista'
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"La idea es que los espectadores vivan las mismas contradicciones que el protagonista", ha señalado Arévalo en referencia a José, el personaje que interpreta Antonio de la Torre y ha especificado que "la ambición de la película era conseguir contar la historia de alguien normal que acaba inmerso en una espiral de violencia". Porque "este guion surgió de querer contar una historia de violencia".
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La idea nació en el bar que regentaban los padres de Arévalo. Allí, mientras veían los informativos, escuchó a los clientes decir más de una vez, ante tragedias humanas, que si fueran ellos se tomarían la justicia por su mano. "Todos desgraciadamente podemos entender un arranque de ira y llevé al límite todo eso. En caliente uno nunca sabe cómo va a reaccionar a la violencia. Pero en frío, qué debe ser enfrentarte a alguien que te hizo daño en el pasado", ha reflexionado el director.
José, el protagonista, acumula durante ocho años una sed de venganza por el asesinato de su novia en el atraco a la joyería en la que trabajaba como dependienta. Y la mayoría de personas que tienen una idea así enquistada desde hace tanto tiempo suele tener tics, una perfil psicológico con el que es difícil empatizar. Por ello, ha asegurado Arévalo, tuvieron que saltarse ese especto: "Queríamos que el personaje de Antonio tuviera cierto criterio de realidad y nos encontramos con que a veces la realidad no funciona cinematográficamente".