SER ConsumidorSER Consumidor
Economia y negocios
OPINIÓN

Pescados sospechosos, ¿y ahora qué?

okdiario.com

Madrid

En los últimos días un pescado “pobre” como el panga ha pasado a ser la especie de la que más se habla. Y no porque seamos el país europeo , sin tantos restos de contaminantes como otros, o que tengan un valor nutricional cielo por el panga que dan a nuestros hijos eque más lo consume, ni por sus “propiedades”, ni por venir de aguas muy contaminadas de Vietnam, ni por su escaso valor nutricional. Ni tan siquiera por una alarma sanitaria en nuestro país, que no la hay; ni porque haya informes de Sanidad recomendando que no se consuma, que tampoco es el caso; ni por una alerta europea que no existe…Ni por la mala fama del panga, que no es de ahora.

Todo ha sido porque Carrefour ha decidido quitarlo de sus pescaderías, alegando no un problema de calidad, que es “impecable”, según la cadena, sino por un posicionamiento medioambiental, por los criterios que se siguen en las granjas donde se crían, concretamente en Vietnam. Que tampoco es nuevo. El caso es que, sin nada novedoso en el horizonte, se ha liado “parda” con el panga.

Me parece bien que se pongan todo tipo de “peros” a este pescado. Hay otras muchas opciones en las pescaderías, incluso muy baratos. Lo que no entiendo bien es el escándalo a estas alturas de la película, donde hasta los títulos de créditos han quedado en el más absoluto olvido. Lo digo porque algunas asociaciones ecologistas ya avisaron hace bastantes años de los riesgos de un pescado que procedía de ríos muy contaminados. Y no precisamente recomendaban su consumo. Todo lo contrario. Lo digo también porque OCU ya recomendó ¡en 2010! no comer este pescado - junto a la perca - “pues se han encontrado restos de pesticidas y trazas de mercurio en los filetes de ambos pescados” en análisis de muestras que habían realizado. Y aunque aseguraba que la contaminación estaba “dentro de los límites legales”, un uso continuado – decían - podría dar problemas a los niños por el mercurio consumido de forma continuada.

Por eso no entiendo el silencio desde entonces y el griterío de ahora. Sobre todo, no entiendo que ahora y no antes los padres de alumnos - CEAPA - hayan puesto el grito en el cielo por el panga que dan a nuestros hijos en los colegios. O que algunas comunidades autónomas ahora pidan a colegios y las empresas que sirven las comidas a los escolares que retiren el panga de los menús. O que más de dos mil colegios se hayan apresurado a retirarlo de los menús, que me parece bien. Y faltan por salir los de las residencias de ancianos, donde también es un pescado muy habitual…

Me parece fenomenal que se exijan pescados más “sanos” para nuestros hijos, o para nuestros mayores, sin tantos restos de contaminantes como otros, o que opten a comer pescados con un valor nutricional correcto y no el del panga, que debe estar en el “0”. Pero no acabo de entender que después de tantos años conviviendo con el panga, tolerando que el pescado blanco más barato de las pescaderías haya estado ahí, encabezando la lista del más consumido en Europa – vale, la crisis, es muy barato -, una simple medida medioambiental de una cadena de distribución haya organizado este monumental lío. ¿No se deberían haber tomado medidas hace mucho? Por su dudosa calidad, por su orígenes de aguas turbulentas y sospechosas, por sus carnes contaminadas… El panga es malo, era malo y será malo. No vale tomar medidas a golpe de titular. Algunos se tienen que aclarar…

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00