La España rota

Madrid

Esta mañana he asistido –sin quererlo- a un episodio que retrata a la perfección una de las grandes miserias, vergüenzas, de nuestro tiempo: que es la precariedad laboral. Ya sé que no es de buena educación escuchar conversaciones ajenas...pero como la cosa iba de gritos de alegría, no he podido por menos que enterarme.

Dos mujeres celebraban que una de ellas acababa de conseguir, hoy mismo, un trabajo; estaban tan contentas que incluso una lloraba. Porque además ese trabajo no es en ninguna pequeña empresa, ¿eh? , un taller mecánico, una librería, una cooperativa, un modesto bar de tapas….no, no, es en una gran empresa que no anda precisamente huérfana de beneficios. A lo que iba, el empleo en cuestión, ese que era hoy motivo de alegría y jolgorio consiste en lo siguiente: 50 horas a la semana, 500 euros al mes y una ayuda para la comida.

Claro, yo me he quedado pensando: ¡qué asco! Pero he pensado también: “eres un imbécil por no alegrarte”. Porque claro, nos han machacado tanto con eso de que es mejor un trabajo basura que ningún trabajo….que casi empiezo a darlo por bueno. Y esa es la filosofía –al menos en parte- de la reforma laboral de cuya aprobación se cumplen hoy precisamente cinco años. Creo que ya tocaría empezar a cambiarla un poco, ¿no?

Ampliar

Porque miren, hoy les hablamos desde Canarias, una tierra bendecida por el boom del turismo pero maldita por la lacra del paro y la precariedad. Esta misma semana el sindicato Comisiones Obreras ha presentado un informe demoledor, que contraponía las cifras de récord del sector con un panorama funesto de contratos basura, pobreza salarial y externalización de servicios por doquier. En fin, suerte que hoy empieza el carnaval, por eso estamos en Las Palmas de Gran Canaria, y habrá unos días para relajarse.

Pero después de la fiesta, del desenfreno, de las drag, de las reinonas y del entierro de la sardina… Y después de los congresos de los partidos que están todos renovando el armario –y los disfraces-….a ver si se ponen las pilas con esto. Porque España se rompe, sí, ya lo creo; está rota….pero por la desigualdad.