Derecho a la memoria

Madrid

Esta mañana ha estado en Hoy por hoy Irene Villa, en esa sección donde personajes conocidos comparten con Gemma Nierga la banda sonora de su vida. Y la verdad es que ha habido momentos muy emotivos; nada extraño porque Irene es una persona que lleva mucho tiempo paseando su dignidad...y exhibiendo su falta de rencor a pesar de que una bomba de ETA le destrozó medio cuerpo cuando tenía sólo doce años, y de que nunca consiguieron detener a los responsables.

Pero es que además ha ocurrido hoy una cosa, fuera de antena, que les quiero contar: una compañera de la redacción, de 22 años, confesaba que cuando llegó a la Universidad a Irene Villa sólo la conocía… ¡por los chistes que se hacían de ella! No sabía exactamente qué le había ocurrido. Y eso me ha hecho pensar en la importancia de preservar la memoria colectiva, del relato de lo que fue ETA, e incluso en el valor que tiene esa novela de Fernando Aramburu, titulada Patria.

Ampliar

Y en mitad de todo eso encima se me ha cruzado el nombre Francisco Tomás y Valiente, asesinado cinco años después de que a Irene Villa le volaran las piernas. Lo mataron un catorce de febrero y hoy –un día después- en el Huffington Post un abogado reivindica precisamente eso: que no se le olvide. Y recuerda cómo este jurista, profesor y académico fue un ejemplo de ética y de civismo.

Hoy que cualquier personajillo de tres al cuarto adquiere fama y notoriedad por cualquier chorrada, creo que resulta muy necesario –y muy higiénico- recuperar a quienes defendiendo el Estado de Derecho se dejaron incluso la vida. Sí, porque todo lo que tenemos hoy, nuestro sistema de libertades, la arquitectura legal, la Constitución, los valores, la educación, la justicia, la democracia en definitiva, con todos los defectos que se quiera...a lo mejor alguien piensa que siempre estuvo ahí. Pues no es verdad; hubo que pelearlo, y mucho.

En fin, no sé qué hubiera escrito Tomás y Valiente sobre Donald Trump, o sobre el Brexit, o los refugiados, o la corrupción, o la independencia de Catalunya…pero lo echo de menos. Y creo que no soy el único.