Todos locos y en caída libre

Madrid

Ha seguido ayer el señor Homs los pasos que ya dio el señor Mas, su jefe, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo por aquella consulta tan sui generis del 9 de noviembre de 2014. En realidad, y para lo que quiere destacar este Ojo, da igual el motivo, que importa más la presencia de un ex consejero del Gobierno catalán ante tanta toga y, además, tan reverencial.

Ya se calificó aquí de desastre la comparecencia de Mas, y ahora volvemos a tachar de calamidad este goteo que solo consigue empeorar la masa madre de la que procede todo este embrollo. Dilatar los problemas en el tiempo, a pesar de lo que piense nuestro presidente Rajoy, nunca soluciona nada, que las cosas no se arreglan solas, simplemente aparentan estar muertas, pero siguen prestas a renacer en cualquier momento.

Únicamente la política puede dar soluciones políticas a problemas políticos, que es tan de Perogrullo que hasta da un poco de vergüenza tener que recordarlo día tras día. Entre otras razones porque crece a ambas orillas el hartazgo y la irritación, que mientras unos ya claman por el artículo 155 –y la Guardia Civil para imponerlo, se supone- otros gritan estentóreamente "independencia", sin que algún matiz ponga coto al creciente delirio de unos y otros.

Y a todo esto, el juez Marchena de presidente. Átense los cinturones.