¿Sin francés, no puedo subir al andamio?

Madrid

En Francia se ha extendido una medida, bautizada cláusula Molière, que impide trabajar en obras públicas a obreros que no sepan francés. La idea la puso en práctica hace un año el Ayuntamiento de Angulema pero ahora se ha extendido por casi todas las regiones con gobiernos conservadores. Oficialmente se justifica por motivos de seguridad, pero unos la critican por proteccionista, xenófoba y por atentar contra la libre circulación de trabajadores, mientras que otros, desde la ultraderecha, creen que se queda corta.

Si estuviéramos hablando de un debate europeo, se podría discutir si el conocimiento de su idioma debe o no ser condición para trabajar en un país concreto. Hoy cualquier oposición pública lo establece sin que ardan las calles. Pero esta condición concreta, en un sector concreto y en un momento electoral tan concreto, suscita razonables dudas sobre su verdadera intención. Parecería que la derecha va volviéndose extrema para evitar a la extrema derecha. Y si siguen aplicándose con tal fervor puede que un día la frontera sea inapreciable.