El país de las burbujas

Madrid

Decididamente somos un país curioso, tozudo. O a lo mejor no es eso, igual hay que refugiarse en aquel refrán según el cual “el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”. Porque desde luego… ¡ya lo creo que tropezamos! Que a estas alturas estemos hablando de una nueva burbuja inmobiliaria tiene delito, pero es lo que hay: burbuja sobre todo con el alquiler de viviendas.

Hoy hemos conocido una historia que nos ha puesto sobre la pista: el hospital de Can Misses, en Eivissa, va a ser reconvertido este verano –al menos en parte- para alojar a los médicos que trabajen en la isla y que no podrán pagarse un piso de alquiler, porque para uno de dos habitaciones, por ejemplo, modestito, ya te piden 1.600 euros al mes; ¡y eso si lo encuentras en plena temporada!

Yo recuerdo hace cosa de un año, en una Ventana que hicimos en Formentera, ya nos advirtieron del problema; fue una maestra en ese caso la que nos dijo que era imposible encontrar casa. Pero es que luego supimos que hay trabajadores del aeropuerto de Palma que dormían en la terminal por idéntico motivo. Eso en Baleares….pero en Barcelona, ¡qué les vamos a contar de los alquileres turísticos!, o en cualquier gran ciudad cómo se está expulsando a los vecinos del centro por puro interés, por puro negocio especulativo. Negocio que incluye, por cierto, el desembarco de fondos de inversión que compran casas con inquilinos dentro, esperando a que se mueran o que a se larguen –o a largarlos- para obtener el correspondiente beneficio. No sé, me parece todo un despropósito tremendo…porque además la nueva burbuja también está disparando los precios de compra…y esa es la misma tendencia de antes de la gran crisis.

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Así que llegados a este punto sólo me gustaría recordar -por si a alguien se le olvida- que el derecho a la vivienda es un derecho real, garantizado en la Constitución. Y que las administraciones –todas- pueden y deben intervenir para que eso se cumpla.