Perroflautas se sacarán los ojos para erosionar la reputación de los policías

Esta semana el Congreso ha empezado a cargarse la ley Mordaza o, como la llaman en el Partido Popular, Ley de Libertad de Expresión Inversa y en Diferido.

La ley Mordaza fue el proyecto más ambicioso del PP junto con Madrid 2020, Eurovegas y las abdominales de Aznar. Pasados los años, solo esto último parece haberse mantenido, a la espera de que se confirme este verano cuando el expresidente pose en bañador.

Lo cierto es que la ley Mordaza se ha quedado obsoleta. Se creó para que los perroflautas no rodearan el Congreso y resulta que ya se han metido dentro.

Entre otras cosas, la ley Mordaza prohíbe grabar a los policías. En Televisión Española se lo tomaron tan en serio que incluso borraron digitalmente a los agentes de las manifestaciones. Luego le pillaron gusto a la cosa y empezaron a borrar también a los periodistas. En la actualidad están borrando a los espectadores y no se descarta que, para 2018, TVE se borre a sí misma y solo quede Ane Igartiburu hablando sola en un descampado.

Con la ley Mordaza, la declaración de un policía pesa más que la del afectado. Esto ha provocado que cientos de perroflautas vayan por ahí golpeando brutalmente con el ojo la porra de los agentes. Tanto es así, que en nuestro país hay miles de policías aquejados de lo que la psicología clínica ya ha bautizado como "el síndrome del ojo agresor".

De ahí que el grupo popular insista en la necesidad de mantener esta ley. Sin ella, miles de perroflautas podrían empezar a sacarse los ojos solo para erosionar la reputación de los antidisturbios. Recordemos que es la misma técnica que ya usó la izquierda durante la Guerra Civil cuando se suicidaban y se enterraban en cunetas solo para dañar la imagen de los sublevados.