Todos contra los curanderos
Los médicos quieren combatir las pseudociencias y pseudoterapias y han puesto en marcha un observatorio junto a los propios pacientes de estas terapias de dudosa eficacia. ¿Servirá este cerco para acabar con tantos tratamientos fraudulentos?
Madrid
Durante muchos años prestigiosas marcas nos han vendido determinados productos lácteos con supuestas propiedades que, finalmente, se acabó sabiendo lo que muchos temían: de tales propiedades, nada de nada.
Durante muchas décadas, pero más en las últimas, el mercado sanitario – nunca mejor empleado el término – está repleto de otros muchos vendedores de humo: pseudoterapias que prometen acabar con muchos de los problemas de salud que padecemos, incluso con aquellos que no ha conseguido doblegar la medicina tradicional. Medicinas alternativas que juegan con el efecto placebo y que generan mucho dinero...
Recuerdo un informe de hace unos años, del Ministerio de Sanidad y Consumo entonces, que identificaba nada menos que 139 técnicas en el ámbito de las terapias naturales y alternativas que, en contra de sus mensajes publicitarios, NO conseguían mejorar la salud de los pacientes, salvo en el caso de la acupuntura, que sí parece demostrado que es capaz de mitigar ciertos dolores.
Ahora es la Organización Médica Colegial, que agrupa a todos los colegios médicos profesionales, la que ha dado un paso al frente para crear un observatorio que luche precisamente contra estas pseudociencias y peudoterapias que prometen soluciones para casi todas las dolencias, sacan sus buenos cuartos a los pacientes y, lo que es peor, y retiran de la medina que sí ha demostrado científicamente sus beneficios, a muchos pacientes, con graves consecuencias. Como al joven que dejó el tratamiento del cáncer por una de estas vías "alternativas" – un curandero - y acabó falleciendo poco después.
Los médicos estarán peleando codo con codo con las propias víctimas de estos desaguisados. Y queremos suponer que con la propia Sanidad, que en algunos casos ha llegado a meter en sus hospitales algunas de estas terapias. Y es que parece obvio que es la autoridad sanitaria de este país, de todas y cada una de las comunidades autónomas, la que de una vez por todas debe abordar con seriedad y rigor este problema que, además de ser una estafa al usuario, al paciente en este caso, es un grave problema de salud por los perjuicios que puede acarrear a quienes, por falta de formación, por caer en manos de gentuza sin escrúpulos, sucumben a sus cantos de sirena.
Los grupos políticos parecen apoyar esta iniciativa y van más allá: invitan a los médicos a denunciar a estos "curanderos" cuyas mejores cualidades no son precisamente muy saludables...
Pero insisto, es Sanidad la que debe ponerse las pilas, cambiar la legislación si es necesario, buscar medidas para vigilar estrechamente a estos "profesionales", que quienes practican ciertas terapias, algunas de ellas con cierta base científica, en todo caso sean sanitarios titulados... Para que no nos den gato por liebre con tanta facilidad, para que dejen de contarnos historias sin ningún aval medianamente serio. Y los propios colegios de médicos también deben tener los ojos más abiertos y denunciar en vez de mirar para otro lado. Aunque sean "colegas".
Parece que las cosas empiezan a cambiar. Ya era hora. Pero esperemos para ver hasta dónde se mete mano en el asunto. Todos contra los "curanderos". Hay que acabar con el fraude de tantos y tantos tratamientos fraudulentos.