Pepe Viyuela: "La España que soñamos en la Transición no ha llegado aún"

Madrid

Para algunos, Un ramito de violetas es una bonita historia de amor. Para otros, la canción habla de la incomunicación. La canción de Cecilia acompaña a Pepe Viyuela (Logroño, 1963) desde que era pequeño, y la música llegaba a su vida a través de sus padres. Ella, contó en una entrevista, se identificaba con aquel hombre que no dice nada, porque lo sabe todo. Para el actor, su música, así como la de Jarcha, Nino Bravo o Serrat, pertenecen a una época en la que se soñaba con otra España. Una que, cuenta en Hoy por hoy, frente a Gemma Nierga, "no ha llegado aún".

"Todos formamos parte de la clase política. No se debería dejar a los políticos toda la responsabilidad. Deben sentirse observados", cuenta el portador de un premio Ondas y un Max. Los dos, como intérprete. El vicepresidente de Payasos Sin Fronteras, organización que le ha llevado hasta Iraq, Palestina o Kosovo, también escucha a Triana o a Nacha Pop. Desde hace poco tiempo, Viyuela está también en el consejo ciudadano de Podemos. "Son gente con mucha ilusión. Creo que deberíamos darle un punto de confianza", cuenta un humorista que, en la mili, estuvo a las órdenes de un capitán que había apoyado el golpe de Estado del 23F.

Aquel capitán, cuenta, le prohibió hacer teatro en la mili, así como creyó "peligroso" que Viyuela estudiara Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid. En la universidad, también, el intérprete estudiaba las letras de la música de Radio Futura. Poco después, dejaría su trabajo para dedicarse a tratar de vivir del arte dramático. "Hijo mío, no paras de meterte en líos", le dice su madre, en ocasiones. El último de ellos, y a pesar de trabajar en la cultura, apoyar a los vendedores de la manta.

"Nadie quiere morirse de hambre, y encarcelar a estos migrantes es meterles en un círculo vicioso", cuenta este actor y también poeta, acerca de la protesta en la que participó, este martes, frente al Congreso de los Diputados. Han pasado más de tres décadas desde que, aún en los años de instituto, el artista se colara en mítines de todos los partidos políticos.