¿Por qué ha dimitido valiendo tanto?

Madrid

Pedro Antonio Sánchez ha dimitido como presidente de Murcia. Y lo ha comunicado en una comparecencia con tal grado de autoelogio que muchos se preguntan hoy por qué ha dimitido si vale tanto. Ha dicho que su gobierno ha transformado Murcia y se va para que otro Gobierno no la estropee a pesar de que su persecución es injusta. Salvador y mártir, en fin. Quizás Zoido le conceda una medalla el próximo año, pero la trampa de sus palabras se ve desde Finisterre.

Porque lo que él considera calumnias son graves acusaciones judiciales hechas por dos tribunales. Habla de presiones injustas, pero solo se le ha demandado que cumpliese con su palabra: dimitir si lo imputaban. Carga contra la oposición, pero ha sido su partido el que lo ha dejado caer. Dice que su sacrificio es por los murcianos y por su partido, pero, sin estar en condiciones de gobernar, seguirá como diputado y como presidente de su partido. Y no lo dirán, pero entre los más indignados hoy se encontrarán muchos compañeros de partido a los que ha forzado a impostar un apoyo incondicional para dejarles colgados. Y eso, aunque acabe inocente, tiene delito.